Educación
de
Adultos
Segunda Época Año 2 INEA-SEP Noviembre-Diciembre 1990
EL MODELO PEDAGÓGICO DE LA
EDUCACIÓN PRIMARIA PARA
ADULTOS
ANALFABETISMO
Y
POBREZA
El INEA en el marco
2de la modernización
educativa
AUTODIDACTISMO
Directorio
Dr. Fernando Pérez Correa
Director General
Dra. Geraldine Novelo
Oppenheim
Directora de Alfabetización
Profa. Celia Solís Sánchez
Directora de Educación
Básica
Dr. Ricardo Loewe Reiss
Director de Educación
Comunitaria
Ing. Ramiro González Ayón
Director Técnico
Mtra. Carmen Christlieb
Ibarrola
Directora de Participación
Social
Ing. Manuel Pérez Rocha
Director de Investigación
Lic. José Ávila Reyes
Director de Asuntos
Jurídicos
Lic. Juan Carlos García
Rebolledo
Contralor Interno
Lic. J. Carlos Ríos Lara
Director de Administración
y Finanzas
El Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA) es un
organismo descentralizado del Gobierno Federal, creado por Decreto
Presidencial el 31 de agosto de 1981 con el objeto de promover, organizar e
impartir educación básica para adultos.
El INEA dirige sus acciones prioritariamente a las personas mayores
de 15 años, ofreciéndoles programas educativos de Alfabetización, Primaria
y Secundaria y Educación Comunitaria.
Para el cumplimiento de su objetivo, el Instituto tiene, entre otras, las
siguientes facultades:
I. Promover y proporcionar servicios de alfabetización, así como
de educación primaria y secundaria para adultos, en
cumplimiento de la Ley Nacional de Educación para Adultos y
disposiciones reglamentarias, de acuerdo con los objetivos,
contenidos y programas de estudio que establezca la Secretaría
de Educación Pública, conforme a su competencia.
II. Promover y realizar investigación relativa a la educación para
adultos.
III. Elaborar y distribuir materiales didácticos aprovechables en la
educación para adultos.
IV. Participar en la formación del personal que requiera para la
prestación de los servicios de educación para adultos.
V. Coadyuvar a la educación comunitaria para adultos, conforme a
las disposiciones legales y administrativas correspondientes.
VI. Acreditar cuando proceda, los estudios que se realicen en el
Instituto, conforme a los programas aprobados.
A través de sus programas, el Instituto contribuye al desarrollo de las
capacidades, el mejoramiento de la calidad de vida y la formación de una
conciencia de solidaridad social, ya que con mexicanos mejor preparados
será posible, un mayor bienestar social y económico.
Las tareas que realiza el INEA se llevan a cabo gracias al apoyo, la
colaboración y la participación de las autoridades de los estados y
municipios, así como de las comunidades; de diversos organismos públicos
y de los sectores privado y social (empresas, asociaciones, sindicatos, etc.)
estudiantes, pasantes en servicio social y personas que tienen contacto
directo con la población adulta que requiere educación.
Una de las tareas centrales del INEA, consiste en promover en la
sociedad las voluntades de enseñar y de aprender con el fin de multiplicar la
incorporación de adultos a sus programas educativos e intensificar la
participación de los ciudadanos como educadores voluntarios, fortaleciendo
el principio de solidaridad social para la educación de los adultos
mexicanos.
Sumario
Segunda Época Año 1 No. 2 Nov-dic.1990
Portada
:“Escribas tomando dictado”
fragmento de la Rosa Sepulcral
de la XVIII dinastía.
Museo Arqueológico de
Florencia.
INEA
Editorial 2
Ensayo
El modelo pedagógico de la educación primaria para adultos 4
Artículos
La opresión y la palabra 8
La autonomía del aprendizaje 12
Autodidactismo 16
El Maratón de Michael 18
Fomentar la lectura... ¡y la escritura! 22
Aprender a leer 25
Analfabetismo y pobreza 29
Libros
El lenguaje 20
El ritual de la televisión 21
Caleidoscopio
33Suplemento
El INEA en el marco de la modernización educativa
Edición
: Dirección de Investigación del INEADirector
: Ing. Manuel Pérez RochaCoordinación Editorial
: Francisco J. Fierro B. y Elsa NaccarellaEducación de Adultos es una publicación bimestral del INEA/SEP. Registro ante la
Dirección General de Derechos de Autor de la Secretaría de Educación Pública en
trámite. Se permite la reproducción parcial o total del contenido editorial, citando la
fuente. Los artículos firmados son responsabilidad exclusiva de sus autores y no
reflejan necesariamente el criterio del Instituto Nacional para la Educación de los
Adultos.
Favor de dirigir toda correspondencia a: Dirección de Investigación, El Relox 16, 3er.
piso, México 01000 D.F., Tel. 550-70-82.
ducación de Adultos
tiene como objetivo principal apoyarla formación profesional de los educadores de adultos,
busca convertirse en un instrumento de difusión de materiales
teóricos y prácticos que apoyen la labor de alfabetizadores,
asesores, promotores, coordinadores técnicos y funcionarios.
Procuraremos que el contenido y la forma de nuestra revista se
aproximen lo más posible a los requerimientos de estos
propósitos.
Las aportaciones de otros países y los trabajos de teóricos y
especialistas que aparecen en nuestras páginas son, sin duda,
materiales que pueden sugerir nuevas ideas, responder a
preguntas inquietantes, ahorrar experiencias negativas
innecesarias; pero las experiencias de nuestro propio trabajo, las
reflexiones que de ellas surjan y las inquietudes e ideas que
nuestros educadores de adultos recogen en su quehacer diario
deben constituir lo más importante del contenido de nuestra
revista.
Una de las urgencias actuales de la educación es lograr que el
educando recupere la confianza en sus propias fuerzas, que el
educando abandone la tradicional actitud pasiva y dependiente.
Este cambio, que es necesario en la educación de niños y
jóvenes, es vital en la educación de adultos. El autodidactismo,
consiste esencialmente en la práctica de esta autonomía, en
asumir la responsabilidad de la propia educación, la cual debe
traducirse en una actitud de búsqueda constante, en un
aprovechamiento sistemático de las propias experiencias. Si ésta
es una actitud que debemos fomentar en los adultos, resulta
imprescindible que la asumamos como institución y también
cada uno de nosotros en el ámbito de nuestro trabajo.
Educaciónde Adultos
se propone ser el medio en el que se recojanexperiencias, reflexiones y propuestas.
En este número publicamos un breve artículo sobre el
autodidactismo que, por supuesto, no pretende establecer teorías
o conceptos definitivos, sino más bien invitar a la reflexión y el
debate. Directamente relacionado con este tema el artículo “La
E
Editorial
autonomía del aprendizaje” muestra la variedad de modelos que
pueden diseñarse si se ofrece o no autonomía al educando en las
diversas fases del proceso.
Correr un maratón pudiera parecer un ejercicio poco relacionado
con el aprendizaje de la lectoescritura, sin embargo Michael
Marquet, en un texto singular, nos hace ver cómo cualquier
aprendizaje depende de factores afectivos (como el aprecio por uno
mismo) que interconectan todas las experiencias de un individuo.
No dudamos en calificar de singular el texto de Michael porque,
como él dice, prácticamente no existen textos que traten los
problemas del aprendizaje desde la perspectiva del que sufre dichos
problemas.
En el suplemento publicamos el trabajo “El INEA en el marco de
la modernización educativa”, en el cual se hace una revisión de la
forma como opera el INEA, de las restricciones que tiene esta
forma de operar y de los beneficios que se espera obtener de
algunas de las principales reformas en marcha. Seguramente este
trabajo contribuirá a difundir una visión más objetiva del Instituto
y será ocasión para que todos los interesados, de dentro y de fuera,
hagan aportaciones útiles en estos momentos de renovación.
Los doctores Bettelheim y Zelan publicaron hace diez años un
importante libro
¾Aprender a leer¾ que lleva por subtítulo (en laoriginal edición inglesa) “La fascinación de los niños con el
significado”. Publicamos en este número de
Educación de Adultosuna glosa de dicho libro; como se verá, una gran parte de sus
planteamientos acerca de la lectura en los niños enriquecen nuestra
perspectiva acerca de la lectura (y su enseñanza) en los adultos.
También los adultos se fascinan con el significado.
El doctor Adiseshiah, funcionario de la UNESCO por largo
tiempo, nos hace ver en “Analfabetismo y pobreza” que ambos
fenómenos son “un binomio inseparable”, generado por una
relación más recíproca que casual” y lo ejemplifica con el
interesante análisis de lo que ocurre en su país natal, la India.
4
Ensayo
evaluación
El modelo pedagógico de la educación
primaria para adultos II
Por Celia Solís S.,
José Humberto Jiménez
Una característica fundamental de la nueva
propuesta curricular del Modelo Pedagógico de
Educación Primaria (1) es su flexibilidad para
incorporar las modificaciones y adaptaciones
técnicas y pedagógicas necesarias para garantizar su
congruencia con las necesidades, expectativas y
características de la población adulta que requiere
servicios educativos. Evidentemente, esto implica la
necesidad de evaluar constantemente, en lo
cualitativo y en lo cuantitativo, todos sus aspectos y
las variables que en él intervienen. En
consecuencia, la evaluación se constituye en “un
elemento imprescindible del proceso pedagógico”,
que permite confrontar los objetivos con los
resultados y garantiza la posibilidad de obtener
información fidedigna para hacer los ajustes que se
requieran.
Estrategia de evaluación
Una vez definida la necesidad de una evaluación
permanente, se diseñó una estrategia adecuada para
realizarla. Para ello fue necesario considerar que la
diversidad de las formas de estudio utilizadas en la
modalidad extraescolar, complica y dificulta la
observación sistemática del progreso de los
educandos. La variedad de horarios y de lugares de
estudio, la disparidad en los ritmos de aprendizaje,
los frecuentes traslados de grandes grupos de
educandos por razones de trabajo en general, la gran
movilidad de estudiantes y asesores y la frecuente
desintegración de grupos por causas ajenas al
estudio, son situaciones que llevan a la necesidad de
ponderar una serie de elementos no controlables que
afectan el proceso educativo. Estos elementos no
solamente afectan el avance individual del
estudiante y la integración del grupo, inciden
también en la operación de los servicios, la
organización de la atención, la capacitación y
localización de los agentes operativos, la
distribución de materiales
didácticos, y los apoyos técnico-pedagógico a los
asesores y estudiantes.
Diseño de un modelo de evaluación
En consecuencia, se establecieron tres etapas de
evaluación y distintas variables a considerar en
relación con los grupos participantes, que son los
educandos incorporados a cada una de las partes del
Modelo, y los respectivos asesores. Respecto a los
primeros se consideran las siguientes variables: a)
características de los educandos, b) necesidades
educativas, c) perfil intelectual inicial o final, d)
nivel de habilidades y conocimientos inicial,
intermedio o final y e) factores socio-operativos.
Respecto a los asesores las variables son: a) sus
características y b) factores socio-operativos.
A partir de este diseño se llevaron a cabo diversas
pruebas con el propósito de buscar, en la práctica,
los mecanismos y procedimientos de evaluación
más adecuados. Para contar con una información
confiable, se recabaron testimonios de los
educandos y agentes operativos y se utilizaron
diversas técnicas e instrumentos, como cotejos de
avance programático, entrevistas dirigidas y
grabadas, observación directa de asesorías,
verificación de ejercicios de libros de texto, entre
otras.
El primer muestreo se realizó con una generación de
estudiantes de la primera parte del Modelo, a
quienes además se les aplicó pruebas diagnósticas,
formativas y sumativas, para conocer el avance en el
dominio de la lecto-escritura y el cálculo básico. El
segundo involucró a una selección de grupos de
estudio con un tiempo determinado en operación,
para evaluar el nivel de conocimientos, verificar las
necesidades educativas de los adultos y conocer su
opinión respecto a los contenidos de los libros de
texto.
5
La tercera muestra, realizada con una selección de
grupos piloto, buscaba hacer un seguimiento
sistemático de su progreso y constatar el logro de
los objetivos del programa de estudio. Esta última
muestra enfrentó dificultades, debido a la ausencia
de algunos estudiantes el día de la visita de los
investigadores y a la falta de personal de las
delegaciones dedicado a la evaluación.
Considerando estas experiencias así como las
condiciones en que operan los servicios educativos
y las posibilidades del personal técnico de las
delegaciones, surgieron diversos lineamientos para
el proceso de evaluación: a) seleccionar a las
coordinaciones regionales que ofrezcan mayores
posibilidades, b) seleccionar a los grupos a partir de
los aspectos a evaluar, c) trabajar con educandos y
asesores en sus propias localidades, d) involucrar al
personal técnico de las delegaciones en las tareas de
evaluación y e) recabar testimonios que
complementen la información obtenida a través de
los instrumentos aplicados.
Resultados(2)
Evaluaciones realizadas en los estados de Durango,
Guanajuato, Morelos, Sinaloa, Campeche, Colima,
Querétaro, Nayarit, San Luis Potosí y Zacatecas,
arrojaron los siguientes resultados.
Características de los educandos
La gran mayoría son mujeres, 78%
aproximadamente; el 68% tiene entre 21 y 31 años
de edad; el 69% está casado; el 67% se dedica al
hogar; el 46% tiene más de 3 hijos; el 50% tiene
una escolaridad de uno a tres años de primaria. En
los hombres, la mayoría también jóvenes, el 67%
tiene entre 21 y 31; el 12% se dedica a la agricultura
y el 11% se ocupa en fábricas o emplea en distintas
dependencias y sectores comerciales.
Necesidades educativas
La totalidad se refiere a las necesidades relacionadas
con su entorno inmediato, familia y trabajo; 82%
tiene expectativas de mejorar su lectura y escritura,
lo mismo que la aplicación del cálculo básico; en la
misma proporción se identifican necesidades en
torno a tener acceso a otras lecturas y para poder
seguir estudiando; el 70% expresa la necesidad de
estudiar para comunicarse mejor; el 65% indica que
le interesa sentirse más satisfecho ayudando a sus
hijos en las tareas escolares y para mejorar la salud
de la familia; en 47% se observa la necesidad de
mejorar sus relaciones sociales participando en
reuniones cívicas y religiosas. En 29% se expresan
las necesidades de mejorar la distribución del gasto
familiar, la compra y venta de productos, la
prevención de enfermedades y mejorar la
convivencia recreativa familiar; en 17% se expresa
la necesidad de tener para entretener a los hijos,
escribir cartas, expresarse mejor, tener perspectivas
de empleo y aprender de las experiencias de otros;
en 6% se observa la necesidad de estudiar para
mejorar sus hábitos alimenticios y para evitar
críticas.
6
El modelo pedagógico de la educación primaria para adultos
Características de los asesores
De los asesores, las mujeres constituyen el 87%;
67% es de mujeres casadas menores de 20 años,
42% es de estudiantes y el 39% de personas
dedicadas al hogar. Los que alcanzan una
escolaridad de secundaria constituyen el 50%; 54%
tiene una experiencia de un año o menos en
asesoría, en tanto que la experiencia de 79% es de
meses con el nuevo modelo (MPEPA). Se ha
capacitado a 85% de los asesores y ese mismo
porcentaje es el que asesora en la primera parte de
las áreas de español y matemáticas. El 65% de los
asesores recibe capacitación cada seis meses, en
cursos que duran generalmente (59%) dos días. El
89% de los asesores cuenta con material didáctico
para sus asesorías.
Modalidades operativas de las asesorías
Las modalidades y aspectos operativos orientados
a la atención individual constituyen el 51%, en
tanto que el 12% adopta modalidades mixtas y
encuentran serias dificultades para organizar
grupos. En 60% de los casos se dan de dos a tres
días de asesoría con horarios aproximados de dos
horas. El 48% se realiza en el domicilio del asesor,
en 38% de los casos es una vez por semana y en
28% es cada quince días. El apoyo es 31% de tipo
pedagógico, y 45% de orden administrativo y
operativo.
Factores socio-operativos
La mayoría de las sesiones de asesoría se realizan
en condiciones no muy favorables, casi siempre en
el patio, a veces en el corredor o la sala,
generalmente en situaciones que distan de lo
óptimo: lugares oscuros, a veces ahumados por los
fogones; con frecuencia faltan materiales de apoyo
didáctico, y es usual la interrupción de los niños
que corretean o lloran donde los adultos tratan de
estudiar. Se observó la tendencia a una instrucción
individualizada, incluso, cuando se asesora en
grupo; también es frecuente el comportamiento del
asesor como maestro que califica y corrige.
Resultados cualitativos
Los estudios revelan que la mayoría de las
personas que participan en el Modelo Pedagógico
tiene
tiene experiencia por haber participado en otros
proyectos comunitarios, como programas de salud,
agrícolas y educativos. Esto les favorece como
marco de referencia para externar opiniones.
Las mujeres a veces justifican su no participación
con las demandas del trabajo absorbente en el
hogar o el cuidado de los hijos, mientras que para
otras es motivación para el estudio.
Se observó que el asesor tiene que ser una persona
prestigiada en la comunidad y ser capaz de
establecer una relación estrecha y de confianza con
los estudiantes.
En lo que se refiere al trabajo en grupo, se crea el
ambiente propicio para el intercambio de
aprendizajes; es decir, los que están más
adelantados apoyan a los adultos que apenas se
inician en el estudio o a las personas que no tienen
aún desarrolladas las habilidades, de lectoescritura.
Estos encuentros interpersonales
favorecen la consolidación de lo aprendido y
propician el desarrollo de sus habilidades de
expresión oral y escrita; de allí la importancia de
formar círculos de estudio, su rentabilidad
pedagógica lo amerita.
En el ámbito de las localidades, las personas que no
aceptan la invitación a estudiar, son calificadas
como personas que no tienen voluntad; siendo la
mayoría jóvenes solteros, su decisión muchas veces
está condicionada por la opinión de los padres.
Por otra parte, la socialización de los contenidos de
los libros de texto se ha extendido dentro y fuera
del grupo familiar; los libros de texto son
solicitados al estudiante tanto por sus propios
familiares como por sus vecinos y amistades.
Por la relación de los contenidos con la vida diaria
de los adultos, el aprendizaje ha podido influir para
mejorar su autoimagen. Los estudios revelan que
el adulto adquiere seguridad en sí mismo al
desarrollar su capacidad de expresión oral y
escrita; esta confianza repercute en una mejor
interrelación con su medio ambiente, y mejorar
sus perspectivas con respecto a su vida familiar,
laboral y social.
7
Los resultados también indican que el Modelo
tiene otras bondades; logra impactar en el entorno
inmediato del adulto; su familia, amigos y
compañeros de trabajo se interesan por el estudio.
Los libros de texto pasan a constituirse en una
pequeña biblioteca familiar, donde en forma
cotidiana los adultos se apoyan para resolver
problemas de salud, educación de los hijos y
organización política, y para aprender sobre
derechos y deberes del trabajador, nociones de
español y matemáticas para ayudar a sus hijos en
las tareas escolares. Como se podrá observar, los
textos no nada más cumplen una función
acrediticia.
Conclusiones
La importancia de la evaluación gira en torno al
perfeccionamiento del Modelo a sus mecanismos
operativos. Se hace necesaria la constante
revisión de los resultados que se obtienen en
cuanto al aprovechamiento académico de los
usuarios, para mejorar la metodología de los
libros de texto, y la asesoría y para proporcionar
elementos para adaptar el Modelo a las
características de los estudiantes, y para aplicar
estos conocimientos a mejorar la vida cotidiana
de los usuarios.
Los propósitos hasta el momento se han enfocado
a detectar avances en la implantación del Modelo;
en otra etapa se han investigado y detectado los
perfiles de usuarios y agentes operativos, así
como las condiciones socio-operativas, lo que
permitirá mejorar la operación del Modelo
Pedagógico.
Por otra parte, el estudio de las necesidades e
intereses de los estudiantes es una de las partes
fundamentales que orienta al Modelo. Los
resultados revelan congruencia entre los objetivos
del Modelo y las expectativas de los usuarios.
Resulta prioritario diseñar estrategias alternativas
que propicien un mejor aprovechamiento de los
libros de texto y sus contenidos, vinculándolos
por ejemplo a las acciones y programas que otras
instituciones llevan a cabo en el ámbito de las
comunidades, tales como la Dirección de
Integración Familiar, la Secretaría de Salud, el
Instituto Mexicano del Seguro Social.
Se hace necesario mantener en forma sistemática
y periódica las evaluaciones que retroalimentan al
Modelo en todos sus aspectos. Sólo así se estará
en condiciones de responder a las nuevas
situaciones que una sociedad reclama para
aquellos que aún forman parte del rezago
educativo.
1
Educación de Adultos, Segunda Época, Año 1.No. 1 INEA/SEP. 1990. pp. 4-15.
2
Las cifras fueron redondeadas.8
Artículo
La opresión y la palabra
por Alba Martínez Olivé
Las mujeres son el conjunto humano más afectado
por las consecuencias de no saber leer y escribir. En
este grupo poblacional el analfabetismo no
solamente no ha sido erradicado, sino que continúa
reproduciéndose. Las mujeres, iletradas se
encuentran fundamentalmente en el área rural y en
las zonas urbanas marginales. Este fenómeno se
observa en México y en el mundo entero. El índice
de analfabetismo entre las mujeres es
significativamente más alto que entre los hombres.
“En 1985, las mujeres representaban el 63% de los
mil millones de analfabetas, contra el 60% en 1970,
y el 58% en 1960. Una comparación de estadísticas
de 1960 y de 1985 concernientes a la alfabetización
muestra que, sobre un total de 154 millones de
iletrados, 133 millones (86%) son mujeres.”(1) En
México, en 1980, se contabilizaron 3'906,569
mujeres analfabetas y 2'545,171 hombres en la
misma situación. Es decir, del total de personas
iletradas, la inmensa mayoría (60.6%) eran de sexo
femenino.(2)
El acceso creciente de la mujer a los diversos
niveles de educación es un fenómeno notable de
esta mitad de siglo. Sin embargo, las estadísticas
sobre la incorporación femenina a los procesos
educativos deben leerse con cuidado, pues pueden
dar lugar a pensar que se ha resuelto un problema
cuando, en realidad, no es así. Hoy se escolarizan
muchas más mujeres que antes. Leyes que impiden
la segregación educativa por géneros están vigentes
en muchos países y, a pesar de todo, el
analfabetismo femenino crece de manera constante
y duplica o triplica al masculino, aun cuando,
aparentemente, el acceso a los servicios educativos
es igualitario.
En nuestro país no hay ningún tipo de restricción
legal para que las mujeres puedan ingresar a la
escuela y obtener los beneficios de la educación.
Existen escuelas primarias en casi todas las
comunidades y tienen acceso a ellas tanto los niños
c
como las niñas. En México la coeducación es una
práctica cotidiana desde hace años, a diferencia de
otros países, donde incluso ahora se libran
verdaderas batallas para exigir su implantación.
Algo que podemos llamar la conciencia de la
importancia de escolarizarse es sentido común en
nuestro país. Causa de migración del campo a la
ciudad es la búsqueda de una mejor calidad de vida,
uno de cuyos componentes es, precisamente, el
acceso de los hijos a la escuela. Las zonas
marginales de las grandes concentraciones urbanas
son escenario de la exigencia popular por la
construcción de escuelas y la dotación de maestros.
La gente sabe que hay que pasar por la escuela y
obtener certificados de estudios para estar en
condiciones de competir en el mercado de trabajo.
Se sabe que tanto los hombres como las mujeres
necesitan de la escuela en el mundo actual, aunque
por razones distintas para unos y otras. Los
argumentos están muy ligados a la concepción
tradicional que se tiene del papel que deben
desempeñar las personas según el sexo al que
pertenecen. “Los hombres tienen que ir a la escuela
porque van a mantener y las mujeres porque tienen
que educar a los hijos o por si les va mal con el
marido.”(3)
Es esta concepción arraigada profundamente sobre
lo que son los hombres y lo que son las mujeres,
sobre las tareas que les son propias o no, sobre los
espacios donde cada uno debe desarrollarse, la que
arroja a innumerables mujeres a la situación de
analfabetismo. Una parte de las niñas simplemente
no ingresa a la escuela. Las condiciones sociales y
económicas desfavorables hacen a las familias
escoger a quienes enviar a la escuela. Generalmente
los elegidos son los hombres. Se cree que no es una
buena idea colocar a una mujer en la escuela porque
“se tiene que casar” y, para cumplir con las
obligaciones del espacio doméstico, no se requiere
escolaridad alguna, los “quehaceres” se aprenden
9
viendo a la propia madre y cuidando a los hermanos
menores.
El caso de ausencia total de escolarización parece
poco frecuente en la actualidad, al menos en nuestro
país. Como mencionamos, existe una arraigada
conciencia de la necesidad de certificados escolares
y cada vez queda más claro
¾aunque aún no demanera suficiente
¾ que, por más que se piensenatural
que las mujeres se ocupen del hogar y de loshijos, se ven obligadas por la contundente realidad a
desempeñarse en espacios
ajenos: el trabajoooooooo
remunerado, la lucha por mejoras en la urbanización
de sus colonias, ejemplos de su incursión en lo
público
, mundo en el cual, al igual que los hombres,para sobrevivir requieren certificados de
escolaridad. Los padres procuran enviar a sus hijas
a la escuela, pero múltiples factores cruzados
impulsan la deserción temprana de las alumnas y,
por lo tanto, altos índices de analfabetismo en
mujeres que han pasado por las aulas. A reserva de
conocer datos precisos (4) que permitan verificar lo
dicho, consideramos que, actualmente, la mayoría
de las mujeres analfabetas han cursado algún grado
de primaria.
Las actuales condiciones sociales, económicas y
políticas ponen en marcha la respuesta cultural e
ideológica más simple, es decir, la más arraigada en
las creencias de las personas: la idea de que las
mujeres son propiedad de la familia y pueden ser
usadas para resolver problemas inmediatos. Si un
familiar enferma, siempre hay una niña en casa que,
naturalmente
, puede dejar la escuela y ocuparse deél. Si la anciana abuela enviuda y no puede valerse
por si misma, ahí está la nieta que la atenderá de
tiempo completo. Una joven de 17 años incorporada
en la actualidad a un grupo de alfabetización del
INEA, nos contó su caso, que ilustra lo dicho. Fue
inscrita a la escuela, poro sólo pudo cursar el primer
grado y parte del segundo, pues la abuela se quedó
sola y la asignaron para cuidarla. Cuando la abuela
murió ella tenía 14 años y su familia la envió a la
ciudad de México para que ayudara a una tía. Este
“ayudar” quiere decir, en la realidad, que ella es la
encargada del trabajo doméstico por el que no
recibe paga, pues se entiende como un “favor”,
aunque incluya jornadas agotadoras que comienzan
a las 4 de la mañana.
Otra muchacha, también en proceso de
alfabetización, de 19 años y madre de tres hijos, fue
inscrita a la escuela primaria en su lugar natal, en el
estado de Hidalgo, pero no alcanzó a concluir
siquiera el primer año pues fue enviada a trabajar
como sirvienta. Hasta los doce años, cuando se
estableció en la zona conurbana de la ciudad de
México, anduvo por diversos lugares del norte del
país empleándose, junto a una tía, en lo que
encontrara. Para otra entrevistada (30 años), los
problemas desencadenados por la muerte de su
madre la expulsaron de la escuela en el transcurso
del segundo año de primaria. Se convirtió en “la
mujer de la casa”, con un padre y un hermano a su
cargo.
Seis meses estuvo en la escuela una mujer que hoy
tiene 39 años. Sufría jaquecas y la sacaron. Sin
embargo, los dolores de cabeza no le impidieron
ocuparse completamente del “quehacer” de la casa
paterna, ya que el resto de la familia, ayudaba al
padre en el trabajo del campo. Sus hermanos y
hermanas sí fueron escolarizados, podemos
considerar que gracias a que ella se hizo cargo de la
reproducción cotidiana de la familia.(5)
10
La opresión y la palabra
Estos casos representan más que situaciones
particulares. Todos estos eventos personales o
familiares ocurren en un contexto inmediato que
son las condiciones económicas, políticas y
culturales de la comunidad en que se mueven estas
mujeres que, a su vez, están insertadas en un país
con un desarrollo histórico determinado. Si bien el
hecho puede ser personal, las condiciones que lo
desencadenan están inscritas en un contexto que
abarca mucho más que el caso particular y que es
igual para muchas personas.
El uso de las mujeres en el trabajo doméstico o en
el asalariado desde temprana edad es una estrategia
de sobrevivencia para las familias. Es gracias a que
una o varias de las mujeres de la casa se hacen
cargo de la reproducción de la fuerza de trabajo de
los demás integrantes del grupo familiar que en
conjunto puede remontar situaciones criticas
sociales y económicas, que con frecuencia persisten
a lo largo de toda la vida.
Esta estrategia es la más básica, la que resulta más
lógica a los ojos de la familia, pues se sustenta en la
idea de que el lugar de la mujer es —a pesar de las
cotidianas demostraciones de que las mujeres
incurren en el mundo público— el espacio privado
de lo doméstico. Así, sacar a las niñas de la escuela
es resolver problemas de sobrevivencia del grupo
familiar. Que las niñas acudan a la escuela puede
ser una ganancia extra, un cierto seguro contra
vicisitudes futuras, pero es también un lujo si el
hambre es un peligro actual. La presencia de una
niña en el hogar o ganándose el pan fuera de él
descarga a los adultos que pueden buscarse la vida
con la cotidianidad doméstica resuelta.
En esta combinación de ideología patriarcal y
condiciones críticas de vida es donde vemos el
origen de la situación de analfabetismo de las
mujeres y de su agravamiento. La crisis económica
que se prolonga ya durante años no favorece la
retención de las niñas en la primaria hasta completar
sus estudios.
Por otra parte, la escuela no es ajena a la deserción
de las alumnas. Aunque se basa en un discurso
igualitarista, forma parte de la misma cultura
patriarcal que el resto de la sociedad. Como en esta
misma, la situación de las mujeres está sufriendo
profundos cambios, aún complicados. De una u otra
forma, en su accionar cotidiano la escuela reproduce
los patrones estereotipados de género asignados a
niños y niñas y, sobre todo, no se cuestiona sobre
ello, por lo tanto, no considera acciones destinadas a
modificar, por lo menos en las aulas, actitudes
opresivas hacia las niñas.
No todas las alumnas logran sentir que la escuela
es
su lugar. Las menos favorecidas social yeconómicamente, vale decir, las niñas cuyas
familias son de reciente incorporación al medio
urbano, con profundas raíces campesinas y sin
tradición de escolarización femenina, tienen graves
dificultades para aprender la dinámica escolar. Al
no incorporarse al uso del aula con la misma rapidez
y facilidad que otras alumnas cuyas madres y
hermanas fueron escolarizadas, la escuela las toma
como incapaces, las margina; finalmente terminan
por desertar.(6)
11
Este es sólo un breve recuento de los orígenes del
problema del analfabetismo femenino que, como
vemos, está fundamente ligado a la situación
generalizada de opresión en que viven las mujeres.
En un mundo que valora fundamental mente la
actividad pública, que tiene al varón como modelo,
las actividades femeninas restringidas a lo privado
se consideran no valiosas por no ser productivas.
Así, que en el largo proceso de socialización las
mujeres han interiorizado la ideología que las
rezaga, adquieren una identidad devaluada y
subordinada; consideran al hogar su espacio propio
y a los hijos su realización. Casarse “bien” es la
meta, un alivio si se logra; si no, el trabajo
asalariado
¾que nunca descarga del doméstico¾se ve como un lamentable accidente.
Las mujeres analfabetas se lamentan por no lo
haber tenido una educación escolar, porque entre
otras cosas “sin papeles no hay trabajo”.
La tarea de abatir el analfabetismo femenino es
compleja. Tiene que ver con una transformación
radical de la escuela primaria que la convierta, de
nueva cuenta, en una empresa ara la cultura y no
solamente en proveedora de certificados escolares.
Tiene que ver también con el replanteamiento de lo
que significa alfabetizar, con la consideración de
que no todas las poblaciones analfabetas son iguales
ni pueden seguir las mismas estrategias de
enseñanza-aprendizaje.
Cuando las mujeres encuentran el resquicio que
les permite incorporarse a grupos de alfabetización
y el impulso necesario para permanecer en ellos, no
basta enseñarles la técnica de la lectura y la
escritura, es necesario convertir a los grupos de
alfabetización en medios para que en primer
término, puedan transformarse a sí mismas,
revalorarse como personas, revalorar su papel en la
sociedad y adquirir la cultura necesaria para
transformar su cotidianidad. La aspiración que
enunciamos es compleja pero posible: tiene como
premisa el conocimiento profundo de lo que son las
mujeres analfabetas de las diversas regiones de
México, y la construcción, sobre ese conocimiento,
de programas específicos.
Notas
1
Lind Agneta, Mobiliser les femmes pour I'alphabetisation.Serie Alphabetiser ? Parlons-en; Bureau International
d'Education UNESCO, Ginebra, 1990. p.2.
2
Datos tomados de: INEA Memoria estadística del InstitutoNacional para la Educación de los Adultos
. 1982-1988, SEP,México, 1988.P. 15.
3
Esta respuesta fue la más común, cuando en el transcurso delas entrevistas realizadas en el marco de la investigación
Mujer, Vida Cotidiana y Alfabetización
preguntábamos a lasmujeres entrevistadas quién consideraban prioritario dar
educación escolar, si a los varones, a las niñas o a ambos. Esta
última contestación fue la más frecuente, con las
consideraciones enunciadas en el texto.
4
Hasta donde sabemos, no existen investigaciones quecorrelacionen las variables deserción escolares y analfabetismo
e indiquen cuántas personas analfabetas han pasado por las
aulas.
5
Martinez Olivé, A. Mujer, Vida Cotidiana y Alfabetización.Investigación para el INEA, México, 1990
6
Martínez Olivé A. Femenino/Masculino el género en laescuela primaría.
Tesis dé Maestría (inédito).12
Artículo
La autonomía del aprendizaje*
Al contrario de la educación escolarizada, el
aprendizaje a distancia se lleva a cabo en espacios y
tiempos no determinados e involucra el uso de
medios no directos de educación, mas no la
interacción directa entre profesor y educando.
Esto implica que el educando aprende por su
cuenta, y puede tener o no acceso a diversos
apoyos, como servicios de asesoría y consultas,
cursos programados, objetivos jerarquizados y
otros.
El número de adultos que recurren al aprendizaje
a distancia para complementar su educación es cada
vez mayor, y la producción de cursos y métodos
para satisfacer su demanda se incrementa
constantemente. Esta situación ha llevado a Michael
G. Moore a construir una teoría del aprendizaje a
distancia, que permita sentar las bases para
aprovechar a1 máximo sus posibilidades. Para
emprender esta tarea, Michael G. Moore empezó a
precisar las características y a evaluar la influencia
de lo que él llama dimensiones del aprendizaje.
Los medios no directos, como los cursos por
correspondencia, impresos o contenidos en
grabaciones a las que se accede por teléfono, radio,
computadora, grabaciones y videocassettes, entre
muchos otros, se pueden utilizar en casa, en centros
de trabajo o de extensión educativa, y en los
programas de aprendizaje independiente que se
llevan a cabo en escuelas. La combinación de
distancia y e1 uso de medios directos constituyen
las características básicas, la primera dimensión, del
aprendizaje independiente.
La segunda dimensión la constituye la autonomía
del aprendizaje, que depende a su vez de dos
variables, generalmente poco consideradas: el grado
de individualización de los métodos utilizados y la
cantidad de diálogo que incluyen.
Los métodos individualizados son los que
permiten al educando establecer sus propias metas y
proceder de acuerdo con su propio ritmo, en tanto
que los no individualizados fijan objetivos
jerarquizados y ritmos de aprendizaje que el
educando no controla.
La posibilidad de diálogo se presenta en ambos
métodos. Los programas que implican diálogo
proporcionan un medio de interacción entre
educando y maestro, a través de consultas regulares
o esporádicas, directas o telefónicas, etc. Los que no
implican diálogo proporcionan medios de
interacción entre el alumno y el contenido de la
enseñanza: grabaciones, materiales impresos,
videos, etc.
Como primer resultado de su estudio, Moore
propone la siguiente clasificación de métodos: 1)
individualizados que incluyen diálogo
, por ejemplo,los de secundaría abierta y los cursos por
correspondencia que permiten consultas; 2)
individualizados que no incluyen diálogo
, como lainstrucción programada en computadora y otras
máquinas aplicadas a la enseñanza, 3)
noindividualizados que incluyen diálogo,
como cursosgrabados a los que se accede por teléfono; y 4)
noindividualizados que no incluyen diálogo,
como elaprendizaje mediante grabaciones, radio y
televisión.
Aunque todos los métodos de educación a
distancia implican que el educando estudie por su
cuenta, sin embargo abarcan dos concepciones de
estudio diferentes: a) el estudio independiente
implica programas con metas jerarquizadas que el
educando ni determina ni evalúa, b) el estudio
autodirigido implica temas y metas acortadas por el
educando con su asesor, lo que le permite controlar
su propio avance, a partir de su propia
responsabilidad y ritmo personal.
13
Sobre el aprendizaje independiente, Moore
plantea dos hipótesis: 1) la individualización y la
inclusión de diálogo son variables cualitativas de la
enseñanza a distancia; el grado en que están
presentes en el programa determina su grado de
separación entre educando y asesor, reduce o amplía
la distancia; 2) la presencia de individualización e
inclusión de diálogo, que propician autonomía en el
aprendizaje, es la diferencia esencial entre distintos
tipos de educación independiente. Es una diferencia
crucial porque determina el grado de control que el
educando puede ejercer sobre su proceso de
aprendizaje.
Sin embargo, para ejercer autonomía, el educando
debe ser consciente de las múltiples elecciones que
se ofrecen a su comportamiento, decidir entre ellas,
actuar y observar lo que ocurre, revisar el proceso y
estudiarlo con la ayuda de libros y de otras
personas, reflexionar sobre ello y llegar a
conclusiones tentativas. Debe adquirir las destrezas
necesarias para preparar, ejecutar y evaluar las
condiciones de su propio aprendizaje.
En este sentido, Moore define la autonomía como
la influencia del educando sobre tres etapas
esenciales del proceso enseñanza-aprendizaje:
etapade preparación
, en la que se determina el problemao tema de estudio, se establecen metas y se plantean
estrategias para lograrlas,
etapa de ejecución, en laque se reúne información y se plasman ideas, que se
experimentan y ponen a prueba, y
etapa deevaluación,
en la que se llega a conclusiones y sehacen juicios respecto al valor de la información e
ideas aplicadas a resolver problemas y alcanzar
metas.
La responsabilidad y la autonomía que requiere el
estudiante adulto en su proceso de aprendizaje, no
equivale a un aislamiento autosuficiente ni a
prescindir del diálogo. En mayor o menor grado
sentirá la necesidad de recurrir a asesorías y otros
medios, con 1o cual, de momento y parcialmente
cede su autonomía. Sin embargo, buscará una
orientación no instructiva, que no ponga
condiciones ni controles, y que le ayude a descubrir
sus propios problemas, aptitudes y respuestas.
Moore encontró que los programas de educación a
distancia presentaban grandes diferencias en cuanto
a su adaptabilidad al estudiante autónomo. Los
menos le permiten definir sus metas, determinar su
ritmo y, a veces, evaluar su avance; sin embargo, lo
más común es que la enseñanza refleje los objetivos
del maestro y soslaye los valores y metas del
educando. Para clasificarlos de acuerdo con el grado
y forma de autonomía que permiten al educando, y
para identificar las etapas donde el agente docente
ejerce el control, Moore diseñó un medio de
investigación subjetivo e inductivo, con base en las
siguientes interrogantes.
— ¿El programa está diseñado para que se
emprenda el proceso de aprendizaje por
iniciativa y motivaciones propias?
— ¿Quién determina las metas, los objetivos y los
temas de estudio?
— ¿Quién determina el ritmo, la secuencia y los
métodos para reunir información?
14
La autonomía del aprendizaje
— ¿Qué mecanismos plantea para que el educando
desarrolle sus ideas y aplique su creatividad a la
solución de problemas?
— ¿Enfatiza la recopilación de información ajena
al educando?
— ¿Hasta qué grado es adaptable (flexible) a las
necesidades del educando?
— ¿Cómo se juzga la utilidad y la calidad del
aprendizaje?
A partir de las respuestas, catalogó los programas
con números del 1 al 8, como autónomos (A) y no
autónomos (B) en lo que conciernen a las tres
etapas de preparación, ejecución y evaluación,
como sigue:
1. A-A-A: ofrecen autonomía total (por lo mismo,
hipotética).
2. A-A-N: el educando determina el problema y la
etapa de ejecución; es evaluado por un
gente externo.
3. A-N-A: el educando determina problema y
metas, evalúa su avance; no controla la
etapa de recopilación de información.
4. A-N-N: el educando define problema y metas; no
ejerce control sobre etapas de ejecución ni
evaluación.
5. N-A-A el educando no controla la etapa de
preparación; determina la etapa de
ejecución y hace autoevaluación (poco
usual).
6. N-N-A: el educando se autoevalúa; etapas de
preparación y ejecución son controladas
por agentes externos (la menos usual).
7. N-A-N: el educando determina la etapa de
ejecución; agentes externos determinan
problema y controlan la evaluación (la más
común, abarca a la mayoría de los
programas de aprendizaje independiente en
escuelas).
8. N-N-N: agentes externos ejercen todo el control
(hipotética).
Moore encontró aún más diferencias, incluso entre
programas que quedaron clasificados en la misma
categoría. Se planteó, por tanto, refinar este
procedimiento, para desarrollar un instrumento
capaz de determinar con precisión la magnitud de la
autonomía que cada programa ofrece, y para crear
una
15
una tipología más precisa. Con el mismo propósito,
planteó una serie de hipótesis, en especial la relación
positiva entre autonomía y los factores diálogo y
distancia, a ser evaluadas mediante la nueva tipología.
Los avances alcanzados en su teoría del aprendizaje
independiente, aún inconclusa, permite al autor
proponer la viabilidad de su marco teórico y
considerar las implicaciones que se derivarían de
validar esa relación positiva. Si se verifica que la
característica de distancia es elemento que nutre a la
autonomía y ambas son, por tanto, base del
aprendizaje independiente, considera pertinente
reflexionar sobre lo siguiente:
Primero, dado que los educandos autónomos
aprenden mejor en condiciones de distancia, es
necesario preparar programas que los atraigan. La
tendencia del educando es superar su dependencia del
maestro; cuando esto ocurre, la proximidad de éste
tiene efectos inhibidores, en tanto que su distancia
ofrece autonomía y tiene efectos estimulantes. Deben
enfatizarse las cualidades esenciales de la enseñanza a
distancia: propicia autonomía, atrae al educando
autónomo y es adaptable a sus necesidades.
Segundo: el rechazo creciente contra la dependencia
en la educación escolarizada probablemente hará más
populares los métodos autónomos. El concepto de
autonomía no implica obligar al educando a asumir un
control que no está preparado para ejercer; significa
que de manera gradual, y creciente toma contro1 de su
aprendizaje, al tiempo que el maestro retira de
manera gradual su apoyo docente. Si esto no se
logra, se propicia la formación de adultos incapaces
de autonomía, quienes tenderán a ser dirigidos,
controlados y evaluados por otros.
Tercero: es posible prever que la demanda de
educación a distancia no sólo provendrá de quienes
por razones sociales o económicas no tiene acceso a
la educación escolarizada. Esta deberá ofrecer
espacio a quines necesitan ayuda directa para
aprender, y debe reconocerse que los adultos buscan
conocimiento y capacitación, por lo general, a su
propio ritmo y de acuerdo con sus propias metas. Lo
anterior significa la necesidad de aumentar la oferta
de medios para la educación a distancia.
Por ultimo, destaca la característica de búsqueda,
inherente al educando a distancia, y señala que
responde a la tendencia de desarrollo personal como
procesos de vida, el cual puede auspiciarse con
mayor eficacia mediante métodos de educación que
consideren la autonomía del aprendizaje.
* Michael G. Moore, “Autonomía del educando, segunda
dimensión del aprendizaje independiente”, en
Convergencia,Revista Internacional de Educación de Adultos,
Vol. V. No.2, 1972, Toronto, Canadá. Glosa de María Elena Hope.
16
Artículo
Autodidactismo
Ya se ha señalado que el autodidactismo no consiste
en aprender solo, aislado. Nadie aprende solo ni de
la nada. Aprendemos de los demás, de nuestras
experiencias, de nuestras lecturas, de la atención a
los medios masivos de comunicación, a los
espectáculos; aprendemos de lo que hacemos, de
nuestro trabajo, de nuestro esfuerzo cotidiano por
resolver todo tipo de problemas. El autodidactismo
consiste más bien en la capacidad de asumir la
responsabilidad personal de nuestro desarrollo
intelectual, cultural. Esta capacidad no es innata, no
se adquiere de golpe; la desarrollamos
gradualmente, con el apoyo de quienes nos han
aventajado y buscando siempre acrecentar nuestra
autonomía, nuestra capacidad de seguir caminos
propios, de responder a las circunstancias e
inquietudes personales.
¿Tiene algún sentido este concepto? La realidad
es que existen conceptos contrarios y su indeseable
influencia justifica prestar atención a la teoría y la
práctica del autodidactismo. Es más, esos conceptos
opuestos al autodidactismo son los que han
predominado en los sistemas educativos durante los
dos últimos siglos.
En el proceso de enseñanza-aprendizaje escolar
existen tres momentos: la definición de lo que ha de
aprenderse, la elección de las actividades mediante
las cuales se logra el aprendizaje, y la evaluación de
lo aprendido. En la situación escolar típica, el
educando es un sujeto pasivo, totalmente
subordinado en los tres momentos. Es la institución
o, cuando más, el maestro, quien decide qué ha de
aprenderse, cómo ha de aprenderse y cómo ha de
evaluarse el resultado. En la situación escolar típica,
todo aprendizaje es producto de la enseñanza
proporcionada por alguien que ya ha aprendido: el
maestro. En la situación escolar típica, todo el
programa es único y quien no lo sigue sólo tiene un
camino: retirarse del proceso. No hay lugar para las
experiencias extraescolares, para la autonomía.
En la realidad contemporánea, la rigidez se ha
atemperado. Existen sistemas abiertos que permiten
al educando tomar ciertas decisiones, ya sea en el
qué o en el como, o en ambos momentos del
aprendizaje e, incluso, en la evaluación. En los
sistemas abiertos la evaluación se desliga del
proceso, pues se acepta que los caminos del
aprendizaje pueden ser muy variados y se evalúa
lo aprendido independientemente de cómo,
cuándo y dónde se logró aprender.
El adulto es por definición el sujeto que ha
logrado determinado nivel de autonomía en los
campos de su vida familiar, laboral, social, política.
¿Puede acaso un sistema educativo ignorar este
hecho y tratar al adulto como a un escolar?
Hemos dicho que lograr la autonomía en el
desarrollo de una cultura propia implica apoyarse en
quienes más han aventajado. En ocasiones podemos
tener la fortuna de que un familiar, un vecino o un
compañero pueda constituir tal apoyo. En ese caso
puede ser muy fructífero recurrir a su ayuda,
siempre y cuando se busque un camino propio que
responda a las inquietudes personales.
En cualquier momento, sin duda, es de gran
utilidad el apoyo de instituciones culturales, las que
se han especializado en conservar y sistematizar lo
que se considera los mayores logros de la cultura
humana: institutos, universidades, museos,
bibliotecas, etc. Por fortuna, cada vez es más fácil
el acceso a ellas; incluso los medios masivos de
comunicación llevan sus servicios hasta nuestras
casas: las escuelas radiofónicas, los programas
televisivos de educación abierta, los programas de
divulgación científica y, sobre todo, cada vez más
están a nuestro alcance los “viejos” medios: la
prensa y los libros.
Recurrir al apoyo de las instituciones resulta muy
ventajoso, porque en ellas se encuentran caminos
probados, guías que nos ahorran tropiezos
innecesarios y pérdida del tiempo tan valioso para
los adultos. Sin embargo, al buscar ese apoyo,
tampoco debemos perder de vista que uno de
nuestros objetivos es desarrollar la capacidad de
oooo
Suplemento
Segunda Época Año 1 No. 2 Noviembre-Diciembre-1990
EL INEA en el marco de la
modernización educativa
El presente artículo es una reflexión acerca de las expectativas
del Instituto en el marco de la modernización educativa.
Es una síntesis de un trabajo más extenso e incluye los
elementos más importantes del análisis sobre la estructura y
operación del INEA.
I. EL INSTITUTO NACIONAL
PARA LA EDUCACIÓN DE
LOS ADULTOS
La historia de la educación
en México, muestra la
importancia asignada a la
educación de adultos desde
los primeros años del
presente siglo. Sin
embargo, fue hasta 1975
cuando se estableció el
marco jurídico que norma esta
acción: la Ley
Nacional de Educación
para Adultos, que otorga
validez a los estudios en la
modalidad extraescolar y
establece bases para que el
adulto alcance
conocimientos y
habilidades equivalentes a
la educación general básica
(primaria y secundaria).
Seis años después de la
promulgación de esta Ley,
el 31 de agosto de 1981, se
creó el Instituto Nacional
para la Educación de los
Adultos con la finalidad de
promover, organizar e
impartir los servicios de
alfabetización y educación
básica y coadyuvar en
actividades de difusión
cultural para adultos,
educación comunitaria,
capacitación en y para el
trabajo y educación
continua.
El Instituto absorbió la
experiencia y los recursos
de otras dependencias y se
orientó no sólo hacia la
educación formal, sino
hacia el desarrollo de
procesos de educación, no
formal. Además representó
la posibilidad de unificar y
profesionalizar las
múltiples acciones que se
desarrollaban en este
ámbito.
Sin embargo, el inicio de
la crisis económica marcó
límites financieros a la
acción educativa del
Instituto. Así, el reto
de adoptar modelos de
atención compatibles con
la restricción económica,
institucionaliza las
experiencias que
incorporan la solidaridad
voluntaria de la sociedad
en su modelo de atención.
Esquema Operativo
Institucional
Para la operación de los
servicios de alfabetización,
educación básica,
educación comunitaria y
capacitación para el
trabajo, el INEA se apoya
en la solidaridad social.
El Instituto es un órgano
de la administración
pública federal, con un
alto grado de
descentralización operativa
que permite una gran
cobertura en la acción. Su
estructura incluye un
órgano central normativo y
una delegación en cada
entidad federativa,
encargados de la operación
de los servicios.
Para la atención
educativa de los adultos, se
cuenta actualmente con
354 coordinaciones de
zona, que permiten la
planeación y puesta en
marcha de acciones que
responden a la
heterogeneidad nacional.
En cada coordinación de
zona existe un responsable
que tiene a su cargo, en
promedio, a siete
coordinadores técnicos,
quienes constituyen el
vínculo entre la institución,
la red de solidaridad
voluntaria y los adultos.
El INEA opera a través
de tres segmentos. El
primero corresponde a la
infraestructura
institucional, constituida
por las instancias
normativas, y que cuenta
con tres figuras
fundamentales: el
delegado, el coordinador
de zona y el coordinador
técnico. El segundo es el
solidario, constituido por
el ejército de voluntarios
que participan
directamente en el proceso
educativo de los adultos,
como promotores y
asesores en los distintos
programas. El tercer
segmento está integrado
por los educandos adultos
incorporados a los
servicios de alfabetización,
primaria, secundaria,
educación comunitaria y
permanente y capacitación
para el trabajo.
La asignación de metas
se adhiere a los siguientes
criterios programáticos:
para la alfabetización, un
alfabetizador por cada
ocho adultos y un
organizador regional por
cada ocho alfabetizadores;
para educación básica, un
asesor por cada doce
adultos y un promotor por
cada 14 asesores; y en
educación comunitaria, un
instructor por cada doce
adultos. (Ver gráfica:
Esquema operativo
institucional).
Como puede apreciarse,
se trata de un modelo
piramidal en el que el
coordinador técnico es la
figura que establece el
vínculo entre el segmento
institucional y los dos
restantes. El es
directamente responsable
de la operación de los
servicios; le corresponde el
reclutamiento de adultos y
agentes voluntarios, la
capacitación de estos
últimos, la constitución y
funcionamiento de los
círculos de estudio, el
aprovisionamiento del
material y el flujo de
Gráfica: Esquema operativo institucional
información hacia la
institución. En síntesis, él
es el pilar fundamental
para la promoción,
organización y operación
del trabajo educativo con
los adultos.
A lo largo de los años, el
Instituto ha reclutado a
cientos de miles de
voluntarios para fungir
como alfabetizadores,
asesores, organizadores y
promotores en los servicios
educativos que se brindan.
Esta red solidaria,
coordinada por los
coordinadores técnicos ha
permitido atender a
millones de adultos.
Sin un esquema
operativo de esta
naturaleza, no habría sido
posible hacer frente al
esfuerzo financiero
requerido para obtener los
mismos logros. De esta
manera, con una
infraestructura
institucional reducida en
cuanto a mandos superiores
y medios, se ha logrado
una amplia cobertura a
pesar de la magnitud y 1a
dispersión de la demanda.
Por otro lado, debido a
que el modelo pedagógico
tiene las características de
un sistema abierto y
extraescolar, la
infraestructura material
requerida es mínima. Sin
embargo, no obstante los
logros alcanzados a través
de este modelo, existen
deficiencias que han
surgido a lo largo de los
años. El esfuerzo requerido
para construir anualmente
la red solidaria, que puede
caracterizarse como
efímera, no reditúa en la
profundidad, calidad,
extensión y eficacia de los
servicios que se prestan
actualmente. Este esquema
operativo para la atención
de los adultos, exitoso para
una gran campaña
temporal como fue el
PRONALF, se generalizó
para operar de manera
permanente los servicios de
educación básica y
comunitaria, sin adaptarlo
a las características
específicas y
requerimientos de estos
programas.
Es precisamente en este
punto que el esquema
voluntario se volvió
ineficiente. El Instituto
tuvo que operar con este
esquema para llevar al cabo
una labor permanente, sin
contar con los recursos que
le permitieran reforzar los
puntos débiles surgidos a
partir de la rutinización del
trabajo. Ello se debe a que
no es lo mismo una
campaña temporal de
alfabetización, que una
atención permanente y
sistemática para brindar
educación básica a los
adultos, que demanda un
gran esfuerzo institucional
de reconstrucción constante
de la red solidaria, con el
fin de lograr el
cumplimiento de las metas
establecidas.
Los “cuellos de botella”
Las deficiencias
fundamentales del esquema
operativo se encuentran en
la carencia de respuestas
institucionales
oportunamente diseñadas y
aplicadas, para contender
adecuadamente con los
retos en cuanto a detección
y organización de la
demanda y captación y
formación de agentes
voluntarios, así como con
el seguimiento y control del
proceso educativo bajo la
responsabilidad de los
agentes institucionales.
La relación entre los
segmentos que integran el
esquema de operación no es
funcional. Existen “cuellos
de botella” que impiden un
desarrollo eficiente del
trabajo educativo.
A continuación se
enumeran y describen las
principales deficiencias que
presenta este modelo.
1.
Captación yorganización de la
demanda
Uno de estos problemas es
la detección, capacitación e
incorporación de la
demanda por atender. Se
ha privilegiado el
reclutamiento “uno a
uno”, a través de un
trabajo que implica un
enorme desgaste de los
coordinadores técnicos. La
formación de un círculo de
estudio requiere una gran
labor de convencimiento y
negociación para establecer
horarios y locales de
reunión, a fin de llevar a
cabo las asesorías. El
coordinador técnico ha de
realizar múltiples visitas
antes de integrar un grupo
de por lo menos 10 adultos
que estén dispuestos a
asumir el compromiso
colectivo de iniciar su
proceso educativo.
Cabe señalar algunas
características de la
demanda por atender: en
alfabetización, por
ejemplo, se trata de una
población residual, que es,
por lo tanto, más difícil de
integrar a los servicios
educativos; presenta, por
otro lado, una gran
dispersión, sobre todo en el
medio rural, que
obstaculiza aún más su
incorporación y
organización.
2.
Reclutamiento yformación de agentes
educativos voluntarios
Para la operación de los
servicios, es necesario
reclutar y formar a los
agentes voluntarios que han
de realizar la labor de
asesoría con los adultos.
Una de las deficiencias
fundamentales del
esquema, ha sido, quizás,
la falta de perfil adecuado
de los agentes voluntarios.
Si bien es cierto que la
solidaridad ha rebasado
cualquier expectativa, es
necesario reconocer que los
perfiles de sus integrantes
no han sido idóneos en
todos los casos.
La dificultad de vincular
asesores con las
características adecuadas,
sobre todo en el medio
rural, es uno de los factores
que inciden de manera
negativa en la calidad de
los servicios. En las zonas
rurales, por ejemplo, el
perfil requerido para ser
alfabetizador es cubierto
más fácilmente que el
requerido para
desempeñarse como asesor
de primaria o secundaria.
Por otro lado, la
urgencia del trabajo, la
magnitud de la demanda,
su dispersión y movilidad,
han propiciado la
improvisación en la
capacitación de los recursos
humanos con el fin de
atenderla.
La formación para las
tareas que han de realizar
los agentes voluntarios hace
necesaria una mayor
sistematización de lo hasta
ahora logrado en cuanto a
capacitación.
Otro problema que
enfrenta el esquema
voluntario es el bajo índice
de retención de los agentes
educativos, con la
consecuente interrupción y
falta de continuidad del
proceso de aprendizaje de
los adultos; podría decirse
que el tiempo juega en
contra de la voluntad
solidaria. En efecto, el
tiempo que demandan los
distintos programas es
radicalmente distinto. Por
ejemplo, para
alfabetización se requiere
del asesor un periodo no
mayor de 6 meses para
cumplir con su
compromiso, mientras que
los asesores de primaria y
secundaria deben
permanecer en el servicio
por lo menos un año para
lograr continuidad en su
trabajo.
Imaginemos el esfuerzo
que ha de realizar el
coordinador técnico quien
debe mantener en
operación los círculos de
estudio y, por lo tanto, ha
de responder al abandono
de un asesor con el
reclutamiento y
capacitación de otro, sin la
infraestructura técnicopedagógica
adecuada.
3.
Seguimiento yevaluación del proceso
educativo.
El seguimiento y la
evaluación del proceso de
aprendizaje de los adultos
presentan serias
deficiencias, que no han
sido atendidas bajo este
esquema operativo. Se
carece de una acción
sistemática que permita
retroalimentar el proceso
educativo a través de la
valoración de los elementos
que lo integran.
La tarea de seguimiento
demanda de los
coordinadores técnicos un
trabajo de visita
permanente a los círculos
de estudio, con el fin de
recabar la información
sobre el desempeño de los
asesores y el avance del
aprendizaje de los adultos.
El flujo de esta
información es
fundamental para la
corrección de metodologías
y materiales, con el fin de
mejorar los servicios.
Hasta hoy, el
seguimiento se ha traducido
solamente en el reporte de
cifras, no se han
considerado acciones que
informen acerca de lo que
acontece
durante el proceso deaprendizaje de los
adultos, y que ofrezcan a
los agentes educativos
pautas para mejorar su
práctica.
4.
Acreditación ycertificación del
aprendizaje
El indicador más relevante
de las deficiencias del
esquema operativo, es la
acreditación y certificación
del aprendizaje de los
adultos.
Los resultados obtenidos
a lo largo de los años en
los distintos servicios
educativos son
diferenciados. Así por
ejemplo: tenemos que la
eficiencia terminal en
alfabetización durante
1989 fue de 65.86%,
mientras que en primaria y
secundaria fue sólo de 5.7
y 18.6%, respectivamente.
Durante 1989 cada
adulto atendido acreditó
en promedio, 1.2 exámenes
de primaria y 3 de
secundaria.
Es en este punto donde
se evidencia la necesidad
de contar con apoyos
técnicos que refuercen el
modelo voluntario para
ofrecer servicios de
educación formal como
son la primaria y
secundaria, cuyo objeto
último es la certificación.
Reflexionemos, por
último, sobre algunas
cuestiones que han
limitado la acción
institucional: Como se
mencionó, la figura
fundamental del modelo
operativo es el coordinador
técnico; sin embargo, a lo
largo de los años sus
condiciones objetivas de
trabajo y su nivel salarial
se han deteriorado. Además,
los apoyos como equipo de
transporte y viáticos se han
limitado considerablemente.
De la misma naturaleza
es el problema que
enfrentan los agentes
voluntarios. El estímulo
económico que reciben los
alfabetizadores y asesores
apenas representa una
cuota simbólica.
Aunque las condiciones
objetivas de trabajo han
sufrido este deterioro, las
responsabilidades de los
coordinadores técnicos se
han incrementado. Hasta
1989, el número de
Coordinadores Técnicos
fue de 2,025 a pesar de
que las metas de atención
aumentaron
considerablemente año con
año. En 1982, un
coordinador técnico fue
responsable de coordinar,
supervisar y apoyar el
desempeño de un promedio
de 739 adultos, 77 asesores
y 7 promotores. En 1983,
coordinó a un promedio de
838 adultos, 86 asesores y
7 promotores, mientras
que en 1984 atendió a 968
adultos, 102 asesores y 9
promotores.
Cabe recalcar las
condiciones de dispersión
geográfica de la demanda,
y el consiguiente
desplazamiento que implica
para el coordinador técnico
visitar las distintas
localidades donde se
desarrollan los servicios
educativos. Además, las
diferencias entre los cuatro
programas que atiende
simultáneamente
(alfabetización, primaria,
secundaria y educación
comunitaria), le demandan
esfuerzos diversos para dar
respuestas adecuadas y
oportunas a las
características específicas
de los servicios.
Estos datos ponen de
manifiesto el desequilibrio
existente entre los
segmentos del modelo de
organización. Sólo si se
fortalecen sus puntos más
débiles podrá lograrse la
eficiencia deseada,
conservando las virtudes
que este modelo piramidal
ofrece.
La modernización
educativa está orientada
precisamente hacia ese
objetivo.
II. LA ATENCIÓN DE LOS
ADULTOS EN EL MARCO DE
LA MODERNIZACIÓN
La modernización
educativa plantea la
modificación funcional de
las relaciones entre los
segmentos institucional,
solidario y de adultos en
atención, con el fin de
enfrentar las deficiencias
detectadas en cuanto a
profundidad, calidad y
extensión de la acción
educativa.
El objetivo es rescatar y
consolidar el modelo
piramidal con la
articulación de estrategias
diversas que potencien sus
bondades y superen las
debilidades que presenta.
Las estrategias de la
modernización educativa
para la consolidación de
este esquema se orientan
hacia el fortalecimiento de
la figura operativa del
sector institucional en la
que recae la
responsabilidad de los
servicios educativos, así
como a reforzar las figuras
que integran el sector
voluntario.
Sólo brindando el apoyo para
el desempeño eficiente
de las tareas que han de
realizar el coordinador
técnico, el promotor y el
asesor educativo, podrá
lograrse el impacto deseado
en la acción del Instituto.
Capacitación
El fortalecimiento de estas
figuras operativas
comienza por una adecuada
formación en los ámbitos
de su competencia. El
desarrollo de un sistema de
capacitación eficiente tanto
para los coordinadores
como para los agentes
voluntarios
¾promotores yasesores
¾, representan unapoyo fundamental en el
cual no pueden escatimarse
esfuerzos.
El Programa para la
Modernización de la
Educación para Adultos ha
puesto énfasis en el diseño
de un sistema de
capacitación abierto que
permita la formación de los
agentes voluntarios,
superando las limitaciones
hasta ahora existentes.
La producción de
paquetes de autoformación
integrados por materiales
impresos y audiovisuales,
permitirá administrar el
servicio de capacitación en
cualquier lugar y momento,
sin necesidad de una
infraestructura pedagógica
especializada, de la cual
carecen las coordinaciones
de zona.
Con el modelo de
capacitación proyectado, se
asegura que el proceso sea
de primera mano, no “en
cascada” como se había
operado. Se pretende lograr
mayor calidad en la
formación de los agentes
voluntarios y,
consecuentemente, un
mejor desempeño en su
trabajo educativo con los
adultos.
La posibilidad de brindar
una formación inicial y una
actualización permanente
nutrida por la práctica
educativa, permitirá
consolidar una planta de
agentes educativos
voluntarios más
profesionales en su
desempeño.
Estímulos
Por otro lado, el diseño y
puesta en marcha de un
sistema de estímulos
diferenciados que premien
el esfuerzo en la
consecución de metas,
propiciará mayor
entusiasmo para realizar las
labores encomendadas;
funcionará, además, como
incentivo orientado hacia la
elevación de la eficiencia y
calidad del desempeño de
los agentes educativos.
En efecto, el deterioro en
los salarios de los
coordinadores técnicos y el
congelamiento en el monto
de los estímulos
económicos a los agentes
voluntarios han
propiciado, en gran medida,
su deserción de los servicios
educativos y el decaimiento
en la consecución de metas.
El desgaste sufrido por el
personal institucional
debido a sus condiciones
objetivas de trabajo,
aconsejan el otorgamiento
de incentivos tanto a los
coordinadores técnicos
como a los agentes
voluntarios, con el fin de
lograr su permanencia y
elevar los niveles en el
cumplimiento de las metas.
Sistema de información y
evaluación
La automatización de los
procesos administrativos
relacionados con el flujo de
información, descargará de
manera considerable el
trabajo de los
Coordinadores Técnicos y
propiciará mayor
profundización en tareas
vinculadas a los aspectos
cualitativos, como son la
promoción, el seguimiento
y la evaluación del proceso
educativo.
La simplificación en el
registro y procesamiento de
la información a través de
un sistema integrado,
permitirá el fortalecimiento
técnico de la evaluación
institucional, con fines
correctivos de las acciones.
Seguimiento
Es imperativo asegurar que
la función de control sobre
el proceso de aprendizaje
de los adultos se lleve al
cabo de manera
sistemática. Este control se
refiere a la identificación de
los obstáculos y
deficiencias en los servicios,
y a las respuestas técnicopedagógicas
adecuadas.
Los servicios de
educación básica, primaria
y secundaria, demandan
un trabajo de seguimiento
que asegure el avance
paulatino de los educandos
adultos en la acreditación
de los contenidos
curriculares, la conclusión
del ciclo y la obtención del
certificado
correspondiente.
Es tarea fundamental del
coordinador técnico vigilar
el desarrollo adecuado de
los procesos educativos;
sólo descargando sus
funciones y apoyándolo
con una capacitación
oportuna y los estímulos
adecuados, se logrará este
objetivo.
Desconcentración
Por otro lado, la
desconcentración de ciertas
actividades, que
promoverán mayor
eficiencia en los servicios,
requiere el fortalecimiento
técnico de las delegaciones,
a fin de que las
coordinaciones de zona
operen con recursos
adecuados a sus funciones.
En síntesis, con la
modernización educativa se
trata de funcionalizar la
relación entre los
Coordinadores Técnicos,
los agentes voluntarios y los
adultos en atención.
Modelo alternativo de
atención
Paralelamente, y como
estrategia que amplíe la
acción educativa del
Instituto, se busca el apoyo
de la sociedad a través de
sus organizaciones. La
educación para adultos
busca asentarse en la trama
del tejido social existente
para la prestación de los
servicios.
Se pretende generar un
modelo alternativo de
atención que encuadre el
trabajo educativo en las
organizaciones sociales,
políticas y económicas, a
fin de lograr mayor
sistematización en el
proceso educativo, al dejar
la responsabilidad en
manos de una estructura
organizada y no en la
solidaridad espontánea de
un agente voluntario. Es
avanzar de la solidaridad
individual espontánea hacia
la participación solidaria de
la sociedad organizada.
Surge así la concepción
del Centro de Solidaridad
Educativa como el
encuadre del trabajo, a
través del cual se favorece
la permanencia en los
servicios, tanto de los
adultos como de los agentes
educativos.
Son tres los ámbitos para el
apoyo de la acción
institucional:
El primero se refiere al
apoyo gubernamental, que
se expresa en la
participación de los
gobiernos estatales y
municipales mediante
convenios de colaboración
para operar los servicios
que promueve el Instituto.
La consolidación de los
Consejos Municipales de
Solidaridad Educativa,
asegurará un servicio
educativo con la calidad
deseada.
Por otro lado, la
estructura productiva del
país, representada por el
sector empresarial y los
sindicatos, será el apoyo
para llevar los servicios
educativos a los
trabajadores que lo
demanden, tomando como
fundamento el artículo 123
Constitucional. Se
privilegia así el centro de
trabajo como blanco hacia
donde se orienta la acción
institucional para captar y
atender la demanda.
El potencial que la
estructura agraria brinda a
la institución se concreta en
la creación de centros de
solidaridad educativa, a lo
largo y ancho del país, a
través de la organización
ejidal. Se pretende la
capacitación de los
integrantes de los
comisariados ejidales para
fungir como promotores
educativos, responsables de
operar los servicios,
reclutar a los agentes
voluntarios y llevar al cabo
el trabajo de seguimiento.
Nadie mejor que el núcleo
mismo de la organización
campesina para asegurar el
servicio educativo en el campo.
En síntesis, sólo
captando de manera
agregada la demanda se
puede concebir el logro de
las metas establecidas. Es
precisamente en esta línea
que se plantea la estrategia
anterior.
Medios masivos de
comunicación
Es fundamental la
incorporación y uso
intensivo de los medios
masivos de comunicación a
través de modelos
educativos que logren
mayor cobertura de la
acción institucional. Con
ello se retoma y profundiza
la experiencia del Instituto
en cuanto a la
alfabetización a través de la
radio y la TV, y se
avanza en su uso para llevar
el programa de primaria a
mayor número de adultos.
La cobertura del sistema de
telecomunicaciones y la red
de difusoras nacionales y
estatales serán el apoyo
fundamental para la acción
educativa del Instituto.
17
conducir de manera autónoma nuestro desarrollo
cultural.
Esta autonomía se alcanza específicamente con el
logro de determinadas aptitudes, conocimientos y
habilidades. Entre los factores más relevantes se
encuentra la curiosidad, el espíritu inquisitivo, la
inquietud de averiguar siempre el por qué, el cómo.
También es muy importante mantener la duda sana
sobre nuestros conocimientos, y buscar siempre
confrontarlos con la experiencia y con los puntos de
vista distintos u opuestos. En este sentido, lo más
importante es lograr un equilibrio entre la seguridad
en uno mismo y la modestia, la humildad
intelectual.
El estudio de la historia política y, sobre todo, de
la historia de la cultura y de la ciencia, puede sernos
de gran utilidad para no sobrestimar nuestros logros
y también para constituir bases y horizontes que nos
ayuden a escoger caminos adecuados de superación
intelectual.
En relación con las habilidades que pueden
contribuir al logro de nuestra autonomía, a la
eficacia del autodidactismo, la lectura ocupa un
lugar importantísimo, no sólo porque con la lectura
podemos acceder a cualquier campo de la cultura
humana, sino también porque con la práctica de la
lectura y la escritura desarrollamos nuestra
capacidad de reflexionar, analizar, sintetizar y
juzgar, en una palabra, nuestra capacidad de pensar.
Los coordinadores técnicos del INEA y los
agentes voluntarios deben ser promotores del
autodidactismo. Sin duda, un requisito para el
desempeño de esta función es que ellos mismos lo
ejerzan, que asuman la responsabilidad de
desarrollar su cultura propia; experimentar esta
posibilidad será la mejor motivación para
desempeñar su función de guía y apoyo de adultos
autodidactas.
Un elemento fundamental del autodidactismo es
el apoyo que el adulto requiere para poder asumir la
responsabilidad de su educación. Sus experiencias
y conocimientos, y los apoyos necesarios, son la
base que le permiten decidir con autonomía las
metas, el ritmo y las modalidades de su
superación intelectual.
¿Cuáles son los apoyos que el autodidacta
requiere? En primer lugar, la orientación y el
estímulo. El adulto analfabeta o sin educación
básica no sólo ignora determinados conocimientos
que juzgamos valiosos; muchas veces ignora incluso
que los ignora, desconoce su valor y el beneficio
que puede obtener de ellos, ignora que puede
obtenerlos con un esfuerzo razonable.
La tarea del INEA también es, por lo tanto,
divulgar el valor de la educación y del
conocimiento, informar sobre las oportunidades
para adquirirlo y estimular a los adultos para que
asuman la responsabilidad de su propia educación.
El autodidactismo supone, además, el desarrollo
previo de determinadas habilidades y la adquisición
de ciertos conocimientos. Son fundamentales las
destrezas básicas de lectura y escritura y su
incorporación a la vida cotidiana, a la cultura
propia. El autodidactismo, supone el desarrollo de
una actitud reflexiva, crítica, inquisitiva ante las
experiencias diarias y ante los mensajes de los
medios escritos, la radio, la televisión, el cine, etc.
Supone, asimismo, investigar, preguntar, plantear
problemas, experimentar, transferir conocimientos
previos a situaciones nuevas.
Por esta razón, el INEA y la estructura de
solidaridad social en que se apoya, tiene como tarea
prioritaria difundir el dominio de la escritura y de la
lectura críticas. Para ello es fundamental apoyar a
los adultos con materiales, guías y programas
diseñados a partir de una filosofía educativa acorde
con los principios del autodidactismo y
aprovechando la experiencia acumulada.
En la estructura del INEA, el coordinador técnico
es el agente fundamental de estos apoyos. Su
convicción acerca del valor de la educación y del
conocimiento es la fuente del estímulo que
requieren los adultos y los promotores voluntarios
que los apoyan de manera solidaria en su educación.
Su experiencia, formación, y dominio de los
programas del Instituto constituyen la base técnica
requerida para poner en práctica el autodidactismo y
el apoyo solidario.
18
Artículo
Mi experiencia en superar el analfabetismo*
EL Maratón de Michael
Michael Marquet, horticultor de Nueva Zelanda,
responsable del programa de aprendices en un
jardín botánico de su país, ha realizado enormes
esfuerzos para educarse. Pasado el tiempo decide
realizar uno más: contar su historia.
“Escribo mi historia para todos aquellos que
sufren problemas de aprendizaje, y también para las
personas que no tienen confianza en su propia
capacidad, y carecen de la determinación para
decidir sus propias metas y sostenerse en sus
decisiones, y de motivación para trabajar y luchar
por los que se han propuesto”.
Once meses le llevó escribir
El reto de Michael,superando el analfabetismo.
Congruente con suenorme determinación, el autor da respuesta a una
reflexión que albergó durante años, sobre la falta de
escritos que traten de problemas de aprendizaje y,
particularmente, la inexistencia total de textos que
consideren el punto de vista del que sufre esos
problemas.
Desde pequeño, Michael tuvo problemas de
aprendizaje. Con problemas de lenguaje muy
acentuados, no aprendió a hablar correctamente, no
recordaba, le costaba comprender, no podía
comunicarse a través de la palabra. Asistió a la
escuela, siempre en clases de educación especial,
dirigidas por maestras demasiado atareadas por el
número excesivo de niños retrasados en los grupos.
También recibió terapia de lenguaje; sin embargo,
al salir después de nueve años, todavía tenía
problemas de comunicación, sabía muy poco y su
nivel de lectoescritura era el de un niño de siete
años.
No obstante que Michael habla de su frustración,
de su vergüenza que le impedía admitir ante otros
cuando no entendía o no podía, del dolor que le
causaban las burlas de otros niños, hace hincapié en
una serie de factores que sus circunstancias le
permitieron descubrir y a la larga le sirvieron para
salir adelante.
Cuenta que sus padres no sabían muy bien cómo
ayudarlo. Sin embargo, el afecto, el deseo de
imbuirle confianza en sí mismo, los llevó a idear
alguna actividad en la que Michael se sintiera bien.
Junto con su papá empezó a correr. Esto constituyó
un tipo de maratón en el que tuvo éxitos repetidos,
le proporcionó premios, aplausos y la confianza de
hacer algo bien.
19
Su escrito nos entera de que el sistema escolar en
Nueva Zelanda incluye programas de experiencia de
trabajo, por las que todos los jóvenes deben pasar.
Por este medio, se capacitó primero como pastelero
y, cuando trabajó en el jardín botánico, se despertó
en él un gran interés por la horticultura. A partir de
entonces empezó a avanzar hacia lo que deseaba
ser: un hombre capaz de vencer obstáculos, para
lograr sus deseos. Porque en Nueva Zelanda el
horticultor es una persona de estudio, diplomada,
certificada por el gremio y por las autoridades de la
ciudad. Para un muchacho con sus dificultades
parecía impensable lograrlos.
Empezó por inscribirse en un programa de
alfabetización, que se adaptó a sus necesidades
individuales. El mismo se fijó sus primeras metas:
oo
aprobar el examen para obtener la licencia de
manejar y ser aceptado como aprendiz de
horticultor. Sin embargo, el Consejo de la Ciudad
no pensaba que un muchacho con problemas de
comunicación y dificultad para leer y escribir fuera
buen candidato para ese puesto.
Continuó estudiando, recurrió a toda la ayuda
posible, solicitó el apoyo de los servicios de
psicología, continuó su aprendizaje de
lectoescritura. Después de cinco años de intentarlo
en vano, recurrió al Consejo de Recursos Humanos,
con lo cual fue finalmente aceptado. Otros cinco
años se dedicó a capacitarse para cumplir con las 94
asignaturas que el curso exigía. En 1988, a los 25
años de edad, se recibió con honores y procedió a
solicitar una beca para continuar su aprendizaje en
un jardín botánico de Australia.
Cuenta Michael de su alegría al darse cuenta de
que hacía sólo seis años ni siquiera podría haber
llenado la solicitud; sin embargo, desde entonces
soñaba con ello, se propuso obtener la beca, tuvo
confianza y la ganó.
Michael no desconoce lo que costó y sabe que
valió la pena. Quiso escribir su experiencia para que
otros se enteren de que no todos los que tienen
problemas de aprendizaje son unos fracasados.
Dirige su escrito no sólo a los que tiene problemas
de aprendizaje, también a maestros, educadores,
administradores escolares, padres y a todos aquellos
a quienes les falta confianza en sí mismos, decisión
y motivación para lograr lo que desean. A todos nos
dice, “sí se puede, no nos demos por vencidos”.
* Michael Marquet, horticultor, responsable del Programa de
Aprendices en el Jardín Botánico de Christchurch, Nueva
Zelanda, autor del libro
El reto de Michael, superando elanalfabetismo
, sobre el cual versa el folleto que se reseña.Folleto publicado en 1990 por el Consejo Internacional para
la Educación de la Unesco, en el marco del Año
Internacional de la Alfabetización.
Reseña de María Elena Hope
20
Libros
Por Francisco J. Fierro Brito
EL LENGUAJE
Edward Sapir
Breviarios del
FCE, México,
1980.
ditado por primera vez en
1922, en Nueva York, con el
título de
An Introduction to thestudy of speach.
(Introducción alestudio de la lengua), y publicado
en México por el Fondo de Cultura
Económica con el Título,
Ellenguaje
, en 1954, este libro deEdward Sapir, se ha convertido en
un clásico de cuyo valor hablan las
múltiples reimpresiones, hasta
nuestros días.
Con un estilo claro y sencillo que
no pierde su valor científico,
Edward Sapir nos invita a
reflexionar acerca de esta cualidad
humana calificada por él mismo,
como “el arte de mayor amplitud y
solidez que conocemos... obra
gigantesca y anónima de
incontables generaciones”.
El lenguaje, nos dice el profesor
Sapir, es un hecho tan familiar en la
vida cotidiana, que raras veces nos
preocupamos por preguntar qué es,
cómo lo aprendemos, cómo
funciona, cuál es la relación
lenguaje-etnia-cultura, etcétera.
Estos son puntos que su libro se
propone analizar.
De entrada, Sapir diferencia el
lenguaje como una función
adquirida mediante la cultura y no
biológicamente. Es decir que no es
lo mismo aprender a hablar que a
caminar, ya que esta segunda
aptitud es una cualidad fisiológica:
el ser humano está preparado desde
el nacimiento y aún desde su
gestación, para ello; sin embargo
no sucede así con el lenguaje.
Seguramente, si un ser humano
fuese criado en la naturaleza, fuera
de cualquier ambiente social,
seguro aprenderá a caminar, pero
no a hablar.
“El habla
¾dice Sapir¾ es unaactividad humana que varía sin
límites precisos con los distintos
grupos sociales, porque es una
herencia puramente histórica del
grupo, producto de un hábito
social”.
En otro apartado de libro, el
profesor Sapir apunta que se ha
llegado a la conclusión de que en
los diferentes tipos humanos, las
lenguas y la cultura no se hallan
distribuidos en forma paralela sobre
el planeta, sino que se entrecruzan
desconcertadamente, y que la
historia de cada uno de ellos es
muy distinta entre sí, es decir que
los tipos humanos se mezclan de
manera muy diferente a las lenguas,
e igual sucede con la cultura.
Puede ocurrir, incluso, que una
lengua desaparezca de un pueblo
que le dio origen y sobreviva en
otros violentamente hostiles al
primero. O que pueblos
conquistados asuman como suya la
lengua del conquistador.
Apoyándose en esta afirmación,
Sapir plantea que el hecho mismo
de que, con el tiempo, las etnias y
las culturas que llegan a tener
contacto histórico tiendan a
asimilarse unas a otras
culturalmente, en tanto las lenguas
sólo lo hagan de modo casual y
superficialmente, permite
demostrar que no existe una
relación causal profunda entre el
desarrollo del lenguaje y el de la
etnia y su cultura.
Con ello, Sapir, se aleja de los
académicos que ven a la lengua
como determinante de la cultura o
peor aún a la etnia como
condicionante de la lengua, es decir
que el ser negro, blanco, amarillo o
moreno, sea la causa de que una
lengua pueda ser glotal o nasal, más
analítica o sintética, o que la
escritura sea ideográfica o
alfabética.
El lenguaje no puede brotar de la
etnia, tal como no puede brotar de
ella el soneto, es decir no es la
lengua la que “hace” a un grupo
humano sino su propio desarrollo
sociocultural, en el que tiene un
valor el lenguaje pero no es todo el
valor.
En suma, el libro nos introduce al
mundo secreto del lenguaje, que se
vuelve secreto a fuerza de estar a la
vista y al oído cotidianamente, y
pasar desapercibido por quienes lo
usamos. Los elementos del habla,
lenguaje y pensamiento, los
sonidos, los procedimientos y
conceptos gramaticales, la
estructura de las lenguas, el
lenguaje como producto histórico y
la relación entre lengua, raza y
cultura, son los temas que Edward
Sapir desarrolla de manera clara,
sencilla y concisa.
Es de mencionar que los
conceptos planteados en
Ellenguaje
han servido de base parala discusión contemporánea en
torno al estudio de las lenguas, y
sigue siendo un texto introductorio
fundamental para comprender la
importancia y complejidad que
encierra el solo hecho de hablar y
ya no se diga el de escribir.
E
21
EL RITUAL DE LA
TELEVISION
Gregor T. Goethals
Colección Popular
FCE, México,
1981
n el mundo actual es casi
imposible separar nuestra
vida de los medios de
comunicación masiva, en
particular de la televisión. De ahí
que para quienes se abocan a la
tarea de alfabetizar y proporcionar
educación básica a los adultos se
plantea un nuevo reto: aprender a
leer la escritura, en nuestro tiempo,
obliga también a aprender a “leer”
la TV.
¿Qué significa “leer” la
televisión? Sencillamente,
aprender a verla críticamente, sin
dejarnos atrapar por la magia de
las voces y las imágenes. Con ello,
podremos tomar conciencia de
nuestra realidad, frente a la
realidad que nos presenta la TV.
Aprender a “leer” la TV, es
aprender a usarla, aprovechar su
inmensa capacidad tecnológica en
beneficio de la creatividad.
No se trata de satanizar a la
televisión, ni de hacer una
apología de ella, sino de invitar a
reflexionar en torno a este medio,
su estructura, sus contenidos y su
manejo.
El libro
El ritual de la televisión,de Gregor T. Goethals
, pasarevista a las formas muy diversas e
incluso contrapuestas que la
televisión ha adoptado para
abordar innumerables temas: la
naturaleza, la familia, la máquina,
el éxito, los valores; muestra que
su desarrollo se ha dado a la par
con los cambios sociales y cómo
contribuye a retrasarlos o
agilizarlos.
No es difícil comprender que la
televisión es un medio de inmenso
poder, que igualmente puede
manipular sucesos y fenómenos
sociales para reforzar ideas y
prácticas de opresión, como
presentarlos de manera objetiva,
dándoles su justo valor.
Por ello es muy importante
conocer la forma cómo la TV nos
informa y entretiene, al tiempo que
afecta nuestras creencias sociales,
religiosas y políticas. Esto sólo
podemos hacerlo consciente si,
además de verla aprendemos a
“leerla”.
Goethals sostiene que la enorme
aceptación e influencia de la TV
en nuestra cultura se debe a que los
humanos somos “seres
sacramentales”, esto es, que
necesitamos recurrir a imágenes,
objetos y movimientos del cuerpo
para comunicar lo incomunicable
con palabras. Hoy, el ritual de la
danza lo sustituimos con el de la
familia frente al televisor, y al
chamán y al sacerdote con el
conductor de noticieros y
programas populares. Por tanto, no
es mucho lo que hemos cambiado
desde el paleolítico.
En este sentido, la autora
argumenta que la TV ejerce el
mismo papel de los jefes y
sacerdotes en las comunidades
primitivas, donde sólo unos
cuantos eran los sabios y ellos
determinaban qué sí y qué no
enseñar a los demás. Hoy, son los
productores, censuradores,
guionistas y directores, quienes
deciden en la televisión qué decir y
cómo decirlo, qué imágenes
transmitir y cómo transmitirlas.
¿Cuál es la base del poder de la
TV? Goethals afirma que ésta
responde, al menos en parte, a
nuestras necesidades
sacramentales. Por un lado, las
imágenes en movimiento no tienen
rival en cuanto a capacidad de
evocar sentimientos y emociones.
Por otro, las imágenes que ofrece
la TV proyectan la seguridad de
“mundos”, reales o fantásticos,
más grandes que el individuo, y al
mismo tiempo muestran, si no la
realidad del heroísmo sí la
emoción de una aventura
vicaria,es decir, sustituyente. De donde
puede decirse que la televisión es
un intermediario entre el hombre y
lo imposible.
Los planteamientos de la autora
nos hacen ver que el problema no
es la TV, como medio de
comunicación, sino a quién y a qué
intereses sirve, quién la usa, cómo
la usa, quién la ve y cómo la ve, es
decir quién la “lee” y cómo la
“lee”.
Para nosotros, se deducen dos
tareas importantes: reflexionar
sobre el poder de la televisión
como apoyo a la educación de
adultos, y aprender y enseñar a
otros a “leerla”, ya que si bien la
TV fragmenta y aísla al individuo,
en el nivel de la conciencia lo
colectiviza y lo hace sentirse parte
de una gran comunidad. Nosotros,
educadores y televidentes,
debemos aprender a aprovechar
esta cualidad, para coadyuvar a la
reintegración del individuo
consigo mismo y con su
comunidad.
E
22
Artículo
Fomentar la lectura... ¡ y la escritura!
Por Manuel Pérez Rocha
Tanto en los programas de alfabetización como en
los de educación básica se pone empeño en la
enseñanza y la práctica de la lectura, pero no en la
escritura. También las agencias culturales realizan
campañas para fomentar la lectura, pero descuidan
el fomento de la escritura. Este hecho de
trascendentales consecuencias no es casual, obedece
a arraigadas concepciones que merecen ser
revisadas.
El empeño que se pone en fomentar el hábito de la
escritura es escaso en gran medida por la
generalizada idea de que sólo una minoría de la
población puede escribir, que sólo una minoría tiene
el talento intelectual y las condiciones de vida que
supone ser escritor y que la gran mayoría que
compone al resto de la humanidad, o de una
sociedad determinada, está para leer lo escrito por
las élites intelectuales.
Ciertamente, también es una meta de las políticas
educativas gubernamentales que todo mundo “sepa
escribir”; pero esto no significa que se busque que
todo mundo sea capaz de escribir poemas, ensayos
filosóficos o narraciones con valor literario, sino
simplemente que sea capaz de escribir su nombre y
las cuestiones prácticas que se derivan de su vida
laboral y social diaria: su dirección, el llenado de un
formulario, un reporte de trabajo, etcétera. La idea
de que la creación intelectual es privilegio de una
minoría es la que, en última instancia, causa que
tanto en los programas escolares como en los
extraescolares la escritura ocupe un segundo lugar,
o ninguno.
Muchos escritores consagrados se pronuncian
reiteradamente por el fomento de la lectura; es
natural, quieren ser leídos por amplios sectores de la
población, pero rara vez se preocupan por el fomento
de la escritura, y también esto es natural, responde a
la concepción que tienen de sí mismos como seres
excepcionales y, no podemos descartarlo, al temor de
crear demasiada competencia.
No tiene sentido ni fruto discutir si toda la
humanidad tiene “talento” para escribir
creativamente, si este talento lo tiene el diez por
cierto
23
ciento, la mitad o el noventa por ciento. Mientras no
se haya hecho lo necesario para fomentar el
ejercicio masivo de la escritura no habrá bases para
condenar a las masas a ser simples receptores de los
escritos producidos por las élites.
Este esquema
¾de una elite que escribe paraamplios grupos que solamente leen
¾ es, además,controvertible desde el punto de vista mismo de la
naturaleza de la escritura.
Escritura y lectura son dos actividades
estrechamente interrelacionadas, son solamente dos
momentos de un mismo proceso. El primer lector de
cualquier escrito es su propio autor quien, en el
momento de escribir, va leyendo las palabras que
salen de sus dedos, de su pensamiento; es él el
primer sorprendido, no con poca frecuencia ve con
azoro el producto de un complejo proceso
intelectual y afectivo en el que han intervenido
innumerables factores. Con razón Octavio Paz dice
“Cuando sobre el papel la pluma escribe, a
cualquier hora solitaria, ¿quién la guía?”
El escritor lee la palabra recién escrita, continúa,
lee la oración formada, regresa al principio del
párrafo, revisa la coherencia, la continuidad la
elegancia de lo escrito; corrige lo necesario,
reescribe párrafos enteros, los reacomoda después
de revisar (leer) la página completa. En todo este
proceso toma infinidad de decisiones que responden
a criterios estéticos, morales y técnicos. Escribir
implica pues ler, releerse a sí mismo. Pero implica
también haber leído a otros muchos; el impulso de
escribir surge muchas veces de una lectura, ya sea
porque resultó estimulante o, por el contrario,
porque nos decepcionó o nos produjo enojo.
El impulso por la escritura puede tener también
otras motivaciones. Estados de ánimo
particularmente intensos invitan a escribir
(obviamente siempre y cuando se sepa escribir y se
haya tenido la experiencia de haber escrito algo
personal). La nostalgia, la soledad, el sentimiento de
impotencia, son frecuentes motores de la escritura;
por supuesto también lo son la alegría, el gozo, el
entusiasmo.
No queremos que se escape ese pensamiento,
queremos verlo y revisarlo, escudriñarlo, analizarlo,
por eso lo ponemos en el papel. Seguramente por
eso dibujaban los hombres de la edad de piedra en
las paredes de sus cuevas. No siempre era, como
algunos han creído, por meros afanes didácticos; era
seguramente la necesidad de objetivar un
pensamiento, una sensación, una imagen
impactante, de hacerla imperecedera; era la
necesidad de verse a sí mismos. La necesidad de
escribir es la necesidad de verme a mí mismo.
Pero escribir es, además, escribir para otros, es
comunicar. Y aquí los propósitos pueden ser
didácticos (o políticos), pero también son
consecuencia de una necesidad afectiva, la
necesidad de integrar un nosotros, de hacer que las
ideas y los pensamientos se vuelvan parte de la
realidad porque son patrimonio común. Veo un
hecho
24
Fomentar la lectura... ¡y la escritura!
que son patrimonio común. Veo un hecho insólito:
un pájaro carpintero en un árbol frente a mi casa; de
inmediato corro y traigo a otros para que lo vean;
será realidad cuando sea compartido. También por
eso escribo, por hacer realidad, mediante la
participación, lo que de otro modo regresaría a la
nada. En realidad muchas de nuestras impresiones,
intenciones, sensaciones, vuelven a la nada por el
simple hecho de no convertirlas en palabras.
Mandelstam lo ha dicho espléndidamente: "He
olvidado la palabra que quería pronunciar y mi
pensamiento, incorpóreo, regresa al reino de las
sombras."
Aventuro una tesis: se es buen lector en la
medida en que se es escritor. ¿Cómo asimilar y
juzgar un escrito lleno de creatividad e
imaginación? ¿Cómo valorarlo si nunca hemos
hecho el trabajo de crear e imaginar?
Evidentemente hay muchos tipos de lectura: incluso
llamamos lectura al proceso mecánico de convertir
signos visibles en sonidos, o a las operaciones que
realiza una computadora. Pero leer, en el otro
extremo, debe significar un diálogo profundo con el
escritor. "Esto que tienes en tus manos lector -
advirtió Whitman-, no es un libro, es un hombre".
Leer, en este otro extremo de un amplio rango,
es comprender los momentos que produjeron el
escrito y que estuvieron llenos de dudas e
inquietudes y de respuestas guiadas, como hemos
dicho, por criterios técnicos, estéticos y morales.
Evidentemente la comprensión y valoración de
este complejo trabajo humano es imposible si no
se ha vivido personalmente en alguna medida.
Fomentar la buena lectura, enriquecedora,
reflexiva, comprensiva, implica fomentar la
escritura. Lectura y escritura constituyen la base
de la cultura contemporánea y una de las
revoluciones más importantes en la historia de la
humanidad. Walter Ong* ha analizado algunas de
las contribuciones de la escritura a la cultura
humana: permite separar el pensamiento de su
autor, generando así la posibilidad del
pensamiento reflexivo y objetivo; hace posible el
estudio, entendido como un extenso análisis
consecutivo; es una ayuda invaluable para
conservar y transmitir el conocimiento. Citando a
un especialista, Ong afirma que "la escritura,
mediante la separación del conocedor y lo
conocido, posibilita una introspección cada vez
mas articulada, lo cual abre la psique como nunca
antes, no sólo frente al mundo objetivo externo
(bastante distinto de ella misma), sino también
ante el yo interior, al cual se contrapone el mundo
objetivo". No es exagerado, pues, concluir con
Ong, que la escritura reestructura la conciencia y
desarrolla destrezas intelectuales de enorme poder
-podemos añadir- no sólo cultural sino también
político.
Fomentar la escritura en el pueblo puede
parecer una propuesta ingenua cuando la
fascinación de la imagen absorbe casi todo el
tiempo libre de nños y adultos, cuando el trajín
urbano añade seis o más horas a la jornada del
obrero y del empleado, cuando la comunicación
mediante señales y sonidos ha disminuido muchas
de las ocasiones para escribir y leer. Sin embargo,
si aspiramos a una sociedad democrática, una
sociedad que no deje lugar a dominación alguna -
incluyendo la intelectual- tenemos que abordar la
tarea de fomentar la escritura como práctica
ordinaria de todos.
* Véase Educación Adultos No.. 1 Pág. 23.
25
Artículo
Aprender a leer*
Saber leer es poder penetrar en la magia de la lectura, poder extraer significados siempre
legítimos para el lector, porque lo vinculan con aquello que lee. Leer es el ejemplo supremo de lo
que es la educación en el sentido más hondo del término: un ir de la irracionalidad a lo racional;
de los propósitos inconscientes al control del ego, que los transforma para poder hacer frente
tanto a los desafíos de la realidad externa como de la vida interna. Leer enriquece la personalidad
y hace que la vida sea más gobernable y valiosa.
Así nos comunican el Dr. Bruno Bettelheim y la
Dra. Karen Zelan su concepción de la lectura, como
un ejercicio mágico que pide y da significado. La
lectura de
Aprender a leer debiera ser imperativopara todos los padres y, sobre todo, para los
maestros de todos los niveles y modalidades de
enseñanza.
No obstante que esta obra se refiere en particular
al aprendizaje infantil, sus descubrimientos son del
todo aplicables a la educación de adultos. Porque
enseñar a leer es sólo una faceta de la
alfabetización, cuyo objetivo fundamental es
desarrollar las capacidades básicas que permiten
progresar en la adquisición de conocimientos,
comprender y desenvolverse en el mundo
inmediato, conocer mundos distantes y aproximarse
a experiencias ajenas. Porque los factores que
influyen en la posibilidad de aprendizaje ejercen
igualmente sobre niños y adultos en proceso de
aprender a leer. En mayor o menor medida ambos
tienen sed de conocimientos y ambos deben superar
bloqueos, temores y expectativas, casi siempre
inconscientes, que con tanta frecuencia obstaculizan
el aprendizaje. Esto último es incluso más
importantes para los adultos,
o ya que ademásnecesi
necesitan reforzar su autoestima, casi siempre
disminuía por la idea de incapacidad que nuestra
sociedad relacionan con el analfabetismo.
Aprender a leer
nos advierte sobre los riesgos desoslayar estos factores y nos enseña a
aprovecharlos en favor del aprendizaje. Cuando
los maestros e instructores que participan en la
alfabetización aprendan a reconocerlos, la
enseñanza de la lectura no se reducirá a un fin en
sí mismo ni a un instrumento solamente utilitario;
por el contrario, contagiará al educando el gozo de
leer, convirtiendo la lectura en una experiencia
invaluable, una puerta abierta a las habilidades
que requiere la vida actual, a la riqueza del
conocimiento y, al placer de las vivencias que
proporciona la palabra escrita.
Bettelheim sostiene que la forma cómo se
aprende a leer y lo que ese aprendizaje le significa
al niño, va a determinar su actitud ante todos los
procesos de adquisición de conocimientos.
Cuando se enseña de forma que el niño adquiera
confianza en sus propias aptitudes e inteligencia,
aprenda a utilizar y disfrutar el lenguaje, y
comprenda que la lectura es algo deseable porque
26
Aprender a leer
abre nuevos panoramas a su vida y le permite
vivenciar cuestiones que le interesan, el resultado
será un estudiante curioso y atento, capaz de
adquirir conocimientos y de sacar placer de los
libros, un niño capacitado para adquirir los recursos
que requiere para instruirse y convertirse en un
hombre culto.
Paradójicamente, siendo tan importante saber leer,
son muchísimos los niños que odian hacerlo y
muchos los adolescentes que llegan a la secundaria,
e incluso la terminan, sin haber adquirido más que
algunas habilidades rudimentarias del proceso que
implica la lectura. La paradoja se podría explicar
por las desventajas con que muchos niños ingresan
a la escuela, procedentes de familias que no ofrecen
estímulos ni condiciones favorables a la lectura y al
conocimiento en general. Sin embargo, las causas
de mayor peso son mucho más graves, porque
proceden del propio sistema educativo y de
concepciones erróneas respecto a los métodos y
objetivos del aprendizaje.
Por una parte, se cree que aprender a leer significa
adquirir habilidades suficientes para descifrar y
reconocer fonemas y palabras. Esta concepción se
limita al proceso formal que es tan sólo un requisito
para la lectura y no reconoce que saber leer es
extraer significado de lo que se lee. Por otra parte,
se cree que la lectura se reduce a un procedimiento
mecánico, se ignora el papel que desempeña, el
cúmulo de procesos psíquicos, concientes e
inconscientes de quien lee, y se soslayan sus
efectos.
En la práctica, estas concepciones restringidas
determinan una larga serie de errores que se
manifiestan tanto en los contenidos como en los
métodos utilizados para enseñar a leer. Los métodos
pedagógicos enfatizan su interés en que el niño
descifre y reconozca palabras, en consecuencia,
¿qué tanto puede interesar lo que esas palabras
digan? Esto parece ser el razonamiento que da base
a los textos y cartillas de lectura; repetitivos hasta el
aburrimiento, con un vocabulario limitadísimo en
comparación con el que los niños conocen y utilizan
en su vida cotidiana, y de contenidos insulsos que
no apelan a su realidad ni a su imaginación, ni a sus
vivencias ni a su interés ni a su inteligencia.
Se destina tanta energía a que el niño aprenda a
juntar fonemas, que rara vez un maestro se
preocupa por entender por qué se equivoca o qué
significan sus errores. El maestro corrige
automáticamente cualquier falta, sin reparar siquiera
en su posible inconsistencia con la capacidad
general que el niño muestra en su lectura.
Sin embargo, el trabajo de Bettelheim y Zelan
demuestra que los procesos psíquicos desempeñan
una función vital en el aprendizaje, adjudican valor
a los contenidos de la lectura de acuerdo con su
significado, y se manifiestan en los errores,
inversiones y sustituciones que los niños puedan
cometer en la lectura. Pone en evidencia que los
textos sin interés, tanto como el desinterés de los
maestros en el posible significado de los errores son
prácticas comunes que atentan contra. el
aprendizaje, porque pueden desmotivar a los niños y
propiciar bloqueos que les impidan no sólo aprender
a leer sino aprender a aprender.
Los autores citan muchos casos específicos que
comprueban lo anterior. En lo que concierne a los
contenidos, concluyen que a los niños se les debe
enseñar a leer con textos que ellos mismos
consideren dignos de interés y de sus mejores
esfuerzos; que el material de lectura debe ser
atractivo para todos los estratos de su personalidad,
concientes e inconcientes, de modo que les abra
nuevos panoramas realmente cautivadores.
El trabajo de los autores en la Escuela Ortogénica
de la Universidad de Chicago fue determinante no
sólo para comprobar la posibilidad de aplicar el
pensamiento psicoanalítico al tratamiento y
educación de niños con problemas graves de
comportamiento, sino, aún más, para decidirse a
explorar la influencia de los procesos psíquicos en
el aprendizaje de todas las personas.
Treinta años de experiencia convencieron a
Bettelheim de que la atención cuidadosa a los
procesos inconcientes y una pedagogía
correspondiente permitía a los niños superar sus
dificultades. Zelan, a su vez, comprobó la influencia
directa de los motivos psicológicos que obstaculizan
el aprendizaje de los niños, les impide leer, les
dificulta capacitarse y les acarrea muy graves
consecuencias psíquicas y sociales. Para ambos se
hizo evidente que enseñar sin tomar en cuenta estos
factores es contraproducente.
27
Aprender a leer
no sólo nos conduce a desecharlas concepciones simplistas respecto al proceso de
la lectura y su aprendizaje en las escuelas; nos lleva
a valorar la multiplicidad de factores que lo
determinan. Estos no se limitan a la capacidad
individual de quien aprende, abarcan asimismo su
historia personal, el significado de sus primeros
contactos con el aprendizaje formal, su percepción
del lugar que ocupa en el grupo, sus expectativas, su
autoestima y sentido de seguridad, las actitudes y el
tipo de ambiente familiar, las expectativas de sus
padres, el contexto escolar, el estilo del maestro, los
métodos que utiliza, y la relevancia de los textos,
por mencionar solamente los más importantes. Nos
lleva a reflexionar sobre el significado de esta
aparentemente sencilla habilidad, que puede abrir
nuevas dimensiones de vida.
Por eso, las primeras experiencias escolares son
un punto crucial para todo el aprendizaje posterior.
La indiferencia de la escuela, el maestro o el
método ante las necesidades del niño puede incidir
gravemente en su experiencia escolar e incluso
afectar las ventajas que le proporciona un ambiente
familiar favorable al aprendizaje.
La influencia determinante de los contenidos de
los textos y de sus implicaciones afectivas en el
aprendizaje de la lectura queda demostrado con el
caso de un niño judío, de seis años de edad, quien,
además de asistir a la escuela estatal, estudiaba en la
escuela judía, donde se enseña a leer directamente
de la Biblia hebrea. Este niño no tenía problemas al
leer en su lengua materna los textos bíblicos,
difíciles pero con un significado profundo; sin
embargo, se atoraba considerablemente al leer en
inglés. Le costaba aplicar en inglés los mismos
procedimientos que usaba con gran facilidad en su
propia lengua. No le interesaba descifrar
laboriosamente las palabras sencillas de los textos ni
le atraían sus contenidos banales; sabía que tampoco
habrían de interesarle a ninguno de los adultos en su
vida. Pero también sabía que la lectura de la Biblia
era un interés compartido con los adultos que le
habían dado a entender que se lee para comprender
y que, sin importar cuál sea, el significado que
extraiga siempre será legítimo para él.
Otra aportación de los autores se refiere a los
posibles significados de los errores de lectura, cuyo
tratamiento y corrección inciden de manera
importante en el aprendizaje. Sus hallazgos sugieren
que muchos errores de lectura no se deben a una
incapacidad de descifrar o entender el texto, sino, al
contrario, a una comprensión cabal que lleva a los
niños a rechazar o modificar alguna palabra por
razones que a ellos les parecen válidas. En
consecuencia, la forma como el maestro corrige
esos errores es determinante para la concepción que
el niño tiene sobre sus propias capacidades.
De los múltiples ejemplos que los autores
presentan para ilustrar cómo los procesos psíquicos
se manifiestan en los errores de lectura, los que
siguen son muy ilustrativos. Leyendo el texto sobre
el perro que ve a un lobo, ilustrado
inexplicablemente con la imagen del perro dormido,
un niño de primer grado lee “el perro no está
dormido”, corrigiendo de manera automática lo que
le parece incongruente, en tanto que
espontáneamente, otro de tercer grado se interrumpe
para preguntar, “¿porqué dice que puede ver al
lobo?”. Ante el texto sobre un tigre (que en inglés se
pronuncia ,”taiger”), una niña lee repetidamente
“Tiger”, nombre de un personaje inofensivo de la
literatura infantil. Es claro que la niña reconoció la
palabra que le evocó la naturaleza peligrosa del
tigre, y la sustituyó por otra semejante pero menos
amenazadora.
Partiendo de la base de que el texto evoca todo un
sistema de significados y por tanto despierta
reacciones en más de un nivel de conciencia, los
investigadores consideran a los errores como
resultados de procesos mentales muy profundos. En
consecuencia, sostienen que el maestro debe
mostrarte al niño que se interesa por el significado
de los errores y que desea entender mejor. Esta
actitud da confianza al niño en sus propias
28
habilidades; mostrarle respeto promueve los
esfuerzos espontáneos de su ego por convertir su
lectura en una experiencia significativa, y así
aumenta su destreza para leer sin cometer errores.
Bettelheim y Zelan explican su método de
investigación, los alcances y límites de sus
indagaciones respecto al significado de los errores,
los procedimientos que aplicaron para acercarse a
los niños y obtener la información necesaria para
comprobar la acción de los procesos psíquicos en su
desempeño en la lectura. Asimismo, tratan a
profundidad las diversas modalidades de error,
como las sustituciones y las inversiones, y el papel
que el maestro desempeña para propiciar el amor
por la lectura.
Es necesario que como padres y maestros
comprendamos la complejidad del aprendizaje de la
lectura y hagamos nuestras una serie de premisas
básicas que contribuirán a las destrezas lectoras de
los niños. A partir de la concepción fundamental de
la lectura como un proceso de comprensión y no
meramente de descifrado, debemos incorporar la
premisa básica de que los procesos psíquicos
obstaculizan o facilitan la adquisición de la
verdadera capacidad de lectura.
Con base en el pensamiento psicoanalítico, los
autores plantean que los contenidos significativos
son motor del aprendizaje y reconocen la diversidad
de causas que dificultan la lectura. Las
sustituciones, inversiones y neologismos implican
una afirmación del niño ante el conflicto que le
plantea el texto a distintos niveles mentales. Por lo
mismo, corregir errores de manera automática,
como si el descifrado fuese lo único importante en
la lectura, implica el riesgo de desmotivar al
educando. Es indispensable atender al significado
de esos errores, abordarlos con respeto hacia el niño
a manera de alianza con su lógica interna, para
reforzar su confianza en sus propias habilidades y
promover su destreza para leer lo que dice el texto.
Aprender
a leer es también un llamado deatención sobre los contenidos, cada vez más banales
de las cartillas de lectura utilizadas en Estados
Unidos. Ante ellas, no es difícil imaginar el
aburrimiento de los niños y su sensación de que es
inútil aprender a leer. Es indispensable hacer, como
los autores, una defensa apasionada de los
contenidos con significado, que ni niegan ni
minimizan los conflictos que los niños enfrentan en
su realidad y les permiten darse cuenta de que
aprender no es sólo ir a la escuela, que el
conocimiento queda integrado a su personalidad,
permanece con ellos y les permite el acceso a
mayores conocimientos.
Como conclusión, los autores señalan la necesidad
de que se libere a niños y maestros del yugo que
constituye aprender y enseñar a leer como si su
objetivo final fuera adquirir habilidades para
descifrar y como si la repetición incesante fuese la
única manera de reconocer palabras. La verdad es
que las palabras se aprenden con facilidad y rapidez
si interesa lo que significan. Si queremos que
nuestros niños lleguen a ser instruidos, es necesario
que la lectura les resulte emocionante desde el
principio y que nunca se convierta en una tarea
rutinaria.
Con las palabras de E.B. White, autor de literatura
infantil, los autores nos llevan a reflexionar:
Los niños son exigentes, son los lectores más
atentos, curiosos, ansiosos, observadores, sensibles
y rápidos y simpáticos de la tierra. Aceptan casi sin
rechistar cualquier cosa que se les presente,
siempre y cuando se les presente honradamente, sin
miedo y con claridad... Algunos autores de
literatura infantil evitan deliberadamente utilizar
palabras que su juicio el niño desconoce. Esto
estropea la prosa y sospecho que aburre al lector. A
los niños les encantan las palabras que les causan
dificultades, siempre que aparezcan en un contexto
que absorba su atención
.* Bruno Bettelheim y Karen Zelan , Aprender a leer Editorial
Grijalbo/Conaculta (Consejo Nacional para la Cultura y las
Artes), México 1990. Glosa de María Elena Hope.
Aprender a leer
29
Artículo
Analfabetismo y pobreza*
La relación entre analfabetismo y pobreza es más
que una coincidencia sombría. De acuerdo con
cifras de la Unesco, en 1985 el 75.2% de los 889
millones de analfabetas existentes en el mundo se
concentraba en India, China, Pakistán, Bangladesh,
Nigeria, Indonesia, Egipto, Irán y Brasil, los ocho
primeros países clasificados por el Banco Mundial
entre los más pobres del mundo. El 24.8% se
distribuían entre 149 países, sobre todo en 47 de las
50 naciones africanas y 23 de los 39 países
asiáticos, que registran índices de analfabetismo de
30% a 88%.
En la India, por ejemplo, las tasas de
analfabetismo ascienden a 88% en los distritos más
pobres, e incluso alcanzan el 50% en algunos de los
distritos con mayores ingresos per cápita.
Hay, evidencia de que analfabetismo y pobreza
son un binomio inseparable, generado por una
relación más recíproca que causal. La pobreza
indudablemente refuerza el analfabetismo, dado que
obliga a padres e hijos a trabajar de tiempo
completo para subsistir y, por lo tanto, a dejar de
lado las posibilidades de ir a la escuela o aprovechar
otras modalidades de educación; no obstante, ello
no prueba que la pobreza sea causa única y
determinante.
Las encuestas sobre deserción de los cursos de
alfabetización y educación primaria en la India
demuestran tres aspectos significativos.
En primer lugar, el sistema escolar fracasa en su
objetivo de prevenir el analfabetismo. Dado que el
concepto de alfabetismo utilizado en las encuestas
lo equipara a un nivel de aprendizaje de cuatro años
de educación primaria, resulta paradójico que la
deserción primaria, resulta paradójico que la
deserción en esos años registre una tasa de 62%
Como resultado, de los niños inscritos en las
escuelas del país, los dos tercios que desertan están
destinados a engrosar el índice nacional de
analfabetismo (56.4%).
En segundo lugar, los desertores y los analfabetas
no son clases aparte; constituyen un
mismo grupo caracterizado por sus condiciones de
pobreza. Las encuestas demostraron que las zonas
más pobres, tanto urbanas como rurales, registran
índices de deserción particularmente elevados. A
escala nacional se demostró una relación semejante.
Esto significa que desertores y analfabetas
constituyen un mismo grupo; lleva a pensar que a
los pobres y a sus hijos se les niega educación.
En tercer lugar, la deserción se debe
principalmente a razones económicas, pero en ella
también inciden causas educativas, como la
irrelevancia de los contenidos, la repetitividad y la
deficiencia de la enseñanza, instalaciones
inadecuadas y a la falta de preparación, compromiso
y competencia que a veces se da entre los
alfabetizadores. De hecho, las causas educativas
afectan de manera distinta a distintos grupos de
educandos. Por ejemplo, en la educación
escolarizada, donde el 80% de las deserciones se
debe a razones económicas, las causas educativas
generan sólo el 10 y el 20% en niños y niñas,
respectivamente, en tanto que producen un índice
elevado de reprobaciones y, estancamiento escolar.
Por otra parte, en los centros de educación de
adultos, las razones económicas de la deserción
prevalecen sobre todo entre las mujeres, en tanto
que las causas educativas son más determinantes
entre los hombres.
En la India estos aspectos son más evidentes en
las áreas rurales, donde habita aproximadamente
75% de la población. En las zonas urbanas las tasas
de analfabetismo no son ni la mitad de las que se
registran en las zonas rurales, no obstante, en lo
fundamental la situación es igualmente grave.
Incidencia del analfabetismo en la pobreza
El analfabetismo, que refuerza la pobreza, es parte
de un complejo de carencias y discriminaciones
denominado “cultura de la pobreza”. Es importante
30
considerar que, por lo general, ambos conceptos se
interpretan de manera aislada: el analfabetismo
como ausencia de educación o carencia de
habilidades para leer y escribir, y la pobreza como
carencia de “bienes de salario”, es decir, de
alimento, vestido, vivienda y servicios. Sin
embargo, es un hecho que esas interpretaciones son
limitadas; no expresan su asociación con la idea de
incapacidad, prevaleciente sobre todo entre las
élites, pero también entre los propios pobres.
Las encuestas en la India consideran esa visión
unidimensional: la relación directa entre
analfabetismo y pobreza extrema, representada por
porciones mínimas de bienes y tasas máximas de
analfabetismo. Consideran que cuando disminuye la
pobreza, los bienes aumentan y decrece el índice de
analfabetismo. Ese mensaje conduce a conclusiones
equivocadas. Soslaya que pobreza y analfabetismo
se asocian a una red vasta y compleja de rasgos
culturales característica de una clase menesterosa y
sin movilidad social, de un tipo de proletariado
permanente que constituye gran parte de la
población de la India y del Tercer Mundo. No
considera que actitudes, patrones de
comportamiento, sistemas de valores, formas de
ganar dinero, gastar y pedir prestado, relaciones
sociales, familiares, de castas y de etnias son
factores determinantes de ese complejo cultural.
El binomio pobreza-analfabetismo es un complejo
general y también específico. En su contenido,
preserva los valores positivos de unidad comunitaria
y solidaridad de subcasta, así como los rasgos
negativos de la preocupación por el dinero y los
bienes materiales, que a veces llevan a la
deshonestidad y al engaño. Por su carácter,
promueve las desigualdades intrafamiliares;
considera más importante educar a los hombres que
a las mujeres y, por lo tanto, favorece a los niños en
lo que concierne a vestido y alimentos, limitando la
posibilidad de las niñas de perseverar en la escuela.
Como resultado, entre las castas la tasa de alfabetas
hombres es de 23.56%, en tanto que la de las
mujeres es de 5.67%, y entre las tribus la relación es
aún más desigual (5.91 y 1 %).
Por su naturaleza, la pobreza es hereditaria,
pasando de una generación a otra. Los pocos que
salen de ella son absorbidos por la cultura y la
alineación de las clases superiores, y sus beneficios
no se filtran de regreso a los grupos de procedencia.
Por
su medio, la pobreza implica no sólo recursosexigüos, sino desigualdad y carencias
socioculturales, originadas en las jerarquías de casta
y de clase, la separación temprana de la casa
familiar, el analfabetismo y la escolaridad
deficiente, el bajo nivel de educación paterna,
viviendas inadecuadas y falta de servicios en
localidades rurales y arrabales urbanos.
Este entretejido de pobreza y analfabetismo
también es específico, en el sentido de que su
contenido, carácter, naturaleza y medio particulares
varían de una a otra localidad, de modo que ningún
esquema global, nacional o distrital puede abordar
su especificidad, sino sólo ofrecer lineamientos
generales.
Un rasgo de este complejo es el carácter particular
de la discriminación que sufren las mujeres, a
quienes por ley y tradición se les niega la igualdad
de derechos y por tanto, el de la educación. En la
India, lo mismo que en otros países del Tercer
Mundo, prevalece la costumbre de aprovechar el
trabajo de las mujeres de la familia mientras así lo
requiera la situación económica, para separarla de
cualquier responsabilidad cuando crece el ingreso
familiar, y relegarla al hogar como símbolo de
estatus del nuevo bienestar. La discriminación
culmina con el empleo de otras mujeres,
provenientes de las zonas más pobres del país, que
las sustituirán en los trabajos más pesados,
particularmente agrícolas.
Los programas de alfabetización de adultos
El carácter multifacético de la pobreza tiene
implicaciones en los programas de alfabetización,
del mismo modo que la yuxtaposición pobrezaanalfabetismo
tiene implicaciones educativas
específicas..
Analfabetismo y pobreza
31
La primera lección negativa que aportan 50 años de
experiencia en países en vías de desarrollo muestra
que abordar el analfabetismo mediante programas
aislados de enseñanza de “uno a uno”, basados en
grupos de voluntarios y esfuerzos gubernamentales,
son modos frustrantes de no hacer. La experiencia
nos enseña que la batalla contra el analfabetismo
debe ser parte de una lucha multifacética contra el
carácter de la pobreza de la que forma parte. En la
India, este principio se aplica en los planes
quinquenales contra la pobreza, que han abarcado los
siguientes aspectos:
1. La satisfacción de necesidades mínimas: agua
potable, electricidad, caminos, centros de salud y
nutrición, alfabetización y educación primaria,
mejoramiento de barrios, y la infraestructura
esencial para las zonas más pobres, urbanas y
rurales.
2. Programas de empleo y capacitación, que
incrementen las oportunidades de trabajo
agropecuario, forestal e industrial, fomenten la
ubicación de industrias grandes en aldeas
pequeñas, y propicien entre los desempleados el
uso productivo del tiempo libre.
3. Programas de desarrollo específico para las tribus
y las castas largamente discriminadas, en las
zonas más relegadas del país.
4. Programas de redistribución de bienes, que
implican determinar un límite máximo a la
extensión de las propiedades urbanas y rurales, y
distribuir excedentes entre los pobres sin tierra.
5.
Programas que incrementen el flujo de ingresoreal de los grupos de bajos ingresos, mediante la
ampliación de tiendas de precio justo del sistema
de distribución pública, y que garanticen más
créditos y mayor abastecimiento de materiales
para el pequeño productor.
6. Proyectos tendientes a establecer una política
nacional de ingreso que abarque salarios,
utilidades y rentas, a fijar diferencias más
aceptables entre diversos niveles de ingreso y a
reorganizar el sistema fiscal de modo que la
recaudación se obtenga de los contribuyentes con
mayor capacidad de pago, no como sucede
actualmente, cuando los pobres contribuyen con
montos desproporcionados para sus recursos.
7. Proyectos para promover la organización de los
pobres con el fin de que se adopten medidas
que los beneficien en cuanto a tenencia de
tierra, distribución de tierra excedente, salarios
mínimos e igualdad para las mujeres. Su
organización contribuirá a modificar actitudes y
patrones de comportamiento generados por la
sensación de impotencia, que persiste entre
ellos.
Sobre este último punto, el Dr. Adiseshiah narra
una experiencia personal que constituye una prueba
empírica de las posibilidades de organización de
los grupos de alfabetización.
Cuenta que todas las noches se reunía durante dos
horas con un grupo de 40 alfabetas, en una choza
construida expresamente para sus clases. La
primera hora la dedicaban a discutir sus problemas
(el costo de los alimentos, lo escaso del salario, el
trabajo pesado y sin paga de las amas de casa), y el
tiempo restante a aprender a leer, escribir y sumar.
Después de un mes, cuando se habló del baldío
frente a la choza, un terreno de 18 acres
perteneciente a la comunidad, decidieron
distribuirlo entre los cuarenta jefes de familia y
empezar a cultivarlo. Cuando lo hicieron, los
terratenientes de la localidad llamaron a la policía
(que siempre está de parte de los ricos y
poderosos), la que procedió a evacuarlos y a
destruir sus cercas.
En la siguiente reunión, los hombres decidieron
saber más de las leyes de propiedad y para
oooooooo
32
Analfabetismo y pobreza
ello emprendieron la marcha a Madras, a unos
cuantos kilómetros de distancia. Ahí presentaron su
caso ante el Ministro de la Reforma Agraria, quien
concluyó que, en efecto, el terreno les pertenecía.
Sin embargo, la oposición de los técnicos del
Ministerio impidió que la decisión se ejecutara, y
los alfabetizados se vieron obligados a insistir, una
y otra vez, hasta que encontraron formas más
eficaces de hacerse escuchar.
La influencia decisiva ocurrió en sus dos últimos
viajes. Primero se encontraron con un grupo que en
huelga de hambre protestaba frente al Ministerio
contra alguna injusticia; poco después, cuando
volvieron, se enteraron que los ayunantes habían
logrado sus objetivos. El camino a seguir era claro;
decidieron inmediatamente hacer lo mismo. En vez
de visitar al Ministerio, ayunaron durante dos días
frente a su oficina, hasta que el gobierno pasó una
orden, que les fue leída, restituyéndoles el terreno
comunal.
Este ejemplo de acción organizada se difundió
rápidamente a otras aldeas, como un medio eficaz
para hacerse oír. Además, como era de esperarse, la
alfabetización tuvo éxito porque se desarrolló como
un subproducto integrado a los intereses del grupo,
porque lo cohesionó y propició la organización. De
hecho, la acción organizada transforma la sensación
de impotencia propia de los sectores más pobres y
constituye un motor que al modificar actitudes y
comportamientos favorece a su vez el aprendizaje.
El papel específico de la alfabetización
En esos planes, la alfabetización tiene un papel
específico insustituible que cumple con tres tareas
prioritarias.
La primera es capacitar a hombres y mujeres a
utilizar las herramientas que requieren la
alfabetización: lectura, escritura y aritmética. No
obstante que personas pertenecientes a las clases
educadas la califican como “simple alfabetismo”,
nadie puede negar que su adquisición por los pobres
es indispensable y que los mismos críticos,
procedentes sobre todo de las clases educadas,
pasaron en la escuela cuatro años de sus vidas
adquiriendo esos mismos instrumentos. Más que
ellos, los pobres los necesitan para leer
instrucciones, para conocer leyes y reglamentos que
los afectan, para redactar apelaciones contra
medidas legales. Los centros de educación para
adultos han demostrado que pueden contrarrestar la
simpleza e indiferenciación de los códigos
lingüísticos comunes a los pobres. Les ayudan a
desarrollar sus capacidades de comunicación, a
utilizar patrones de habla semejantes a los de otras
clases. Tan solo desde este punto de vista, la
alfabetización es crucial y decisiva para la
educación de adultos.
La segunda es equipar al adulto analfabeta con
habilidades que pueda aplicar a mejorar el ingreso
familiar. Las mujeres, por ejemplo, desean aprender
a generar ingresos en trabajos que les den
independencia de los hombres. Los cursos de
alfabetización les permiten aprender sin descuidar
sus responsabilidades domésticas, las capacitan en
nuevos oficios y artesanías, les proporcionan
conocimientos sobre educación y salud, así como un
ambiente que las une en torno a metas comunes.
La tercera es generar conciencia; la alfabetización
es un instrumento idóneo para lograrlo y para luchar
contra la cultura de la pobreza. En la India, los
grupos de alfabetización (más de medio millón) se
están convirtiendo en un medio de organización que
los pobres utilizan para luchar por sus derechos; son
un instrumento generador de autosuficiencia y
autonomía, que ha debido enfrentarse a una fuerte
oposición. La estructura prevaleciente concentra el
poder político, económico y cultural en una minoría
que se opone y utiliza a la mayoría desposeída. Por
lo mismo, no es sorprendente que todos los
esfuerzos por cambiar este orden o, mejor dicho,
desorden social deba vencer una gran resistencia;
las fuerzas de la ley y el orden están a favor del
estatus quo y por ello la alfabetización es una
empresa riesgosa.
El Año Internacional de la Alfabetización es un
llamado a todas las personas educadas a que se
comprometan con ella. La alfabetización es una
educación técnica en cuanto contribuye a conformar
los instrumentos educativos; es funcional porque
imparte capacidades que deben incrementar los
ingresos inadecuados; y es política en el sentido de
que transforma al que es impotente en alguien que
contribuye y tiene poder. Se nos llama a contribuir a
todas estas facetas de la alfabetización; falta saber si
responderemos al llamado.
* Malcolm S. Adiseshiah Analfabetismo y pobreza, Consejo
Internacional de Educación de la Unesco, 1990. El autor es
presidente del Consejo Directivo del Instituto Internacional de
Planificación Educativa y director del Instituto Madras de Estudios
para el Desarrollo. Glosa de María Elena Hope.
Jamás será posible liberar
la lectura si, de un solo
golpe, no liberamos también
la escritura.
Roland Barthes
Cada obra toma la forma
que le da el lector que la
contiene; en la lectura, ya
no es una sino múltiples
obras (...) Ningún libro ha
sido leído dos veces de la
misma manera.
Juan García Ponce
Hay libros para ser gustados, otros
para ser tragados, y unos pocos
para ser masticados y digeridos.
Francis Bacon
Si la lectura le parece una
experiencia interesante
valiosa y agradable,
entonces el esfuerzo que
supone el aprender a leer
se verá compensado por
las inmensas ventajas que
brinda el poseer esta
capacidad.
Bruno Bettelheim
Gracias a las letras (...) es
hoy posible conversar con
Platón, Aristóteles y otros
Antiguos.
Galeno
Cuanto se haga a favor del
libro se habrá hecho a favor
del hombre, de lo más
humano que hay en el
hombre (y la mujer, por
supuesto).
Alfonso Reyes
Caleidoscopio
Instituto Nacional para la Educación de los Adultos